Cuba: Informatización de la escasez y digitalización de la miseria

Ilustración: Alejandro Cañer

Si uno escucha los discursos que da Miguel Díaz-Canel, el presidente designado en Cuba, o varios de los miembros de su gobierno, notará que hay un concepto que se repite mucho y que parece una parte esencial de su política de gobierno: la informatización de la sociedad cubana.

Sin embargo, ese proceso de informatización está muy lejos de realizarse. Históricamente, el poder en Cuba ha incumplido sus compromisos de transformar tecnológicamente el país. Primero fue con los Objetivos del Milenio y luego con la Agenda 2030.

El estado cubano ha invertido muy poco del dinero que ha recaudado en concepto de telecomunicaciones. Con la justificación del proceso de informatización y de la transformación digital, empresas y grupos de desarrollo asociados al gobierno han lanzado aplicaciones digitales que no han llegado a satisfacer las demandas de la ciudadanía ni logrado la mencionada informatización. 

Pasarelas de pago

Hasta hace pocos años, el concepto de pasarelas de pago era algo extraño en Cuba, y puede que ahora todavía lo sea para muchas personas. Básicamente existen dos aplicaciones fundamentales para hacer pagos online: Transfermóvil y EnZona. 

Transfermóvil, a fecha de septiembre de 2022 y según el periódico oficialista Granma, es la que más usuarios tiene, con 3.7 millones.

La plataforma fue desarrollada por ETECSA, la única compañía de telecomunicaciones que hay en el país, con la colaboración del Banco Metropolitano, el Banco Popular de Ahorro y el Banco de Crédito y Comercio. Se hizo para el sistema operativo Android y opera con una tarjeta asociada de cualquiera de estos bancos.

En mayo de 2020, usuarios de Transfermóvil reportaron inestabilidad de la conexión, descuento de dinero sin haber realizado ninguna compra y la imposibilidad de pagar facturas.

Un año después, la inestabilidad y el descontento entre los usuarios persistía. El 30 de abril de 2021, ETECSA publicó una aclaración pidiendo disculpas por el mal funcionamiento de la app.

En aquel momento varias personas se quejaron de la baja velocidad de Transfermóvil y de que las caídas del servicio ocurrían cada 15 días.

Sobre la inestabilidad de la plataforma, el ingeniero informático Jorge Noris comentó que “una de las posibles dificultades estaría asociada al hecho de que el servicio es a través de código USSD. No es que esto sea malo en sí, pero hace que el servicio dependa de cuán congestionada esté la red. Por ejemplo, yo he hecho transferencias y, al llegar el SMS de confirmación, se ha descontado dos veces. Por suerte existen trazas que permiten comprobar las transacciones, pero el proceso de devolución puede ser complicado”.

El programador Josuán Cabrera compartió la opinión de que la causa del colapso era la concurrencia de muchos usuarios al mismo tiempo. Para Cabrera, una posible solución era que Transfermóvil compartiera la carga de usuarios con EnZona, la otra pasarela de pagos de la que hablamos al principio y a la que él veía en ese entonces más potencial.

El objetivo de EnZona es muy similar al de Transfermóvil. Las pruebas pilotos de la app comenzaron a hacerse en julio de 2019, aunque fue unos meses más tarde, en 2020, cuando subió su popularidad y su uso.

EnZona fue desarrollada por Xetid, una empresa militar subordinada a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Xetid está en la lista del gobierno de los Estados Unidos de entidades y subentidades cubanas restringidas, es decir, que está sancionada en ese país.

Una investigación de YucaByte, reveló en julio de 2021 que EnZona estaba conectada al Sistema de Registro Ciudadano. Toda persona que solicite los servicios de la app queda registrada en este sistema. Lo preocupante es que el Ministerio del Interior (Minint) también está conectado al registro ciudadano. Tanto es así, que en el momento de ser publicada la investigación de YucaByte no se podían hacer denuncias anónimas en el sitio web del Minint, toda persona debía identificarse con el registro ciudadano, algo que es una violación del derecho al anonimato. Esto significa que es muy probable que el Minint también tenga acceso a los datos de quienes compran en EnZona.

Además de todo lo anterior, la aplicación, como mismo pasa con Transfermóvil, presenta problemas técnicos. Hace solo un mes, en septiembre de 2022, una nota de ETECSA anunciaba que se encontraba afectado el acceso. La nota echaba la culpa a una avería de la que nunca se dieron detalles.

“En sí, Transfermóvil es bastante útil, aunque utiliza tecnología un poco complicada para su utilización. Los códigos ussd tienen una limitación, sobre todo para los usuarios de teléfonos iPhone” opinó el programador Josuán Cabrera.

De EnZona, Cabrera comentó que le parecía del mismo formato que la mundialmente conocida PayPal.

“A nivel de desarrollo abre un diapasón más amplio, pero lo que la frena es la burocratización” dijo.

“Desde mi punto de vista no hay una buena comunicación entre el banco y la empresa Xetid, y se ve a la hora de reclamar un pago fallido o reembolso, dónde la persona a la que se le compró envía hacia EnZona, EnZona envía hacia el banco y se entra en un círculo”.

“Además, considero que EnZona asume demasiadas responsabilidades que no le tocan y utiliza datos que tampoco le competen”.

“Para validar que una cuenta es mía, debo introducir tomo y folio de mi carnet de identidad, lo cual me parece son datos que deberían ser privados y una empresa de terceros (teóricamente hablando) no debería tener acceso para validarlos, así como tampoco le veo sentido a solicitar papeles de cuentapropistas para ofrecer algunos servicios”.

“En nuestras condiciones tecnológicas que de un momento a otro nos podemos quedar sin datos móviles, considero que el sistema ideal sería uno que combine ambas posibilidades para en ausencia de alguna poder utilizar otra”.

“En cuanto a referencia mundial, PayPal sería el ejemplo por excelencia, ya que otras plataformas como Stripe manejan datos complejos y a cierto nivel más sencillos de hackear para efectuar una compra a nombre de otra persona”.

Transporte público

Para lograr la llamada informatización en el transporte, el gobierno lanzó varias aplicaciones destinadas a hacerle la vida más fácil a los pasajeros. Pero hasta el momento no se ha logrado mucho o se ha logrado muy poco. 

La app Urbanos fue desarrollada por la agencia GeoMix, perteneciente al grupo GEOCUBA, otra empresa de origen militar, y hasta el momento solo está disponible para La Habana. La gran novedad de Urbanos, al menos para la capital, es la posibilidad de conocer la posición en tiempo real de los autobuses.

Esto ayudaría a los usuarios a planificarse, ya que en teoría tendrían un tiempo estimado de llegada y conocimiento previo de las rutas. Esto busca emular lo que hacen aplicaciones similares de otros países, o como el mismo Google Maps.

Supongamos por un instante que sí hay autobuses y gasolina para llenar sus tanques. Aún así, la falta de conectividad de la ciudadanía será un obstáculo complicado de saltar por cualquier aplicación.

Durante los últimos meses, varios clientes de ETECSA en todo el país se han quejado de lo lenta que es su conexión a internet. Hasta este momento no hay una explicación oficial por parte de la compañía, que usualmente guarda silencio ante este tipo de reclamos.

El gobierno cubano fue el único en toda América Latina que cortó el internet a sus ciudadanos en todo el año 2021. Y en el 2022 la cosa no ha cambiado mucho. Si un usuario usa la aplicación y hay una protesta en algún lugar del país, probablemente dejará de funcionar debido a un apagón de internet.

Más allá de las fronteras de La Habana hay una app que tiene el mismo objetivo de Urbanos y que lleva ya unos años circulando. Se llama La Guagua y está disponible en las provincias de Sancti Spiritus, Holguín y Las Tunas.

La Guagua comparte todos los problemas ya mencionados anteriormente y añade otra preocupación: la privacidad y la protección de datos.

Las autoridades provinciales han dado a conocer varios datos de usuarios que habían sido tomados de la aplicación, aclarando que la información era recopilada con el consentimiento informado de los usuarios y mediante encuestas.

Pero esto no siempre sucede así. Hay evidencia de que el gobierno ha recopilado información de manera automática utilizando la geolocalización en tiempo real de usuarios.

Este sistema podría utilizarse para la cibervigilancia de activistas políticos, periodistas independientes o personas que el poder considere “de interés”. Hasta el momento, no hay indicios de que La Guagua haga lo mismo.

Destinada a la compra y venta de pasajes para viajes interprovinciales, la empresa Viajero lanzó la app Viajando, que debería ayudar a disminuir las grandes filas de personas aglomeradas en las terminales que esperan horas para poder comprar un billete a otra provincia. 

Tanto la ciudadanía como medios independientes han documentado posibles sobrecargas en los servidores de Viajando, así como la dificultad para comprar pasajes, pasajes que desaparecen luego de estar pocos segundos disponibles.

Hasta hace pocos meses, las personas que compraban pasajes para revender lo hacían en gran cantidad, lo que sin dudas generaba un déficit y dejaba a otros sin oportunidad real de adquirirlos. Esto era posible, además, porque la compra desmedida no violaba las normas de la app.

En julio de 2022, Viajero, en un intento de arreglar las cosas, limitó la capacidad de reserva a solo 80 pasajes (sí, 80) por persona en un período de 30 días. En agosto, anunciaron que lo reducirían un poco más, a la cantidad de 30 por persona.

“Yo creo que esto es una burla, realmente hasta donde vamos a llegar si estamos aclarando que solo limitamos el negocio ilícito de pasajes”, dijo una persona identificada como Dami en la sección de comentarios del sitio oficialista Cubadebate.

Gestión de la escasez

La crisis alimentaria es otro de esos problemas que en Cuba parecen eternos. A través de los años hubo etapas con más abastecimiento y etapas en las que no hubo casi nada. La escasez de 2022 recuerda a algunas personas la del “período especial” en la década de 1990, cuando el PIB nacional se contrajo un 36%.

La crisis económica y el desabastecimiento generan largas filas, en Cuba llamadas colas, que hacen que un hecho cotidiano como ir a comprar algo sea muy difícil.

Para intentar organizar las colas, el gobierno tiene dos apps: una se llama Cola.CU y la otra Porter@.

Cola.CU surgió en septiembre de 2020. Según las autoridades, fue creada para detener a los llamados “coleros”, una forma que hay en Cuba de llamar a las personas que se dedican a hacer colas, comprar productos y luego revenderlos a un precio mayor.

La aplicación  le da todo el poder al administrador de la fila. Este escanea en la entrada de la tienda algún documento de identificación que tengan las personas. Si alguien que esté haciendo la fila se ha registrado en otra en los últimos días, el administrador puede expulsarlo si así lo considera.

Un reporte del sitio Cuballama, que tomaban como referencia una nota que luego fue borrada, denunciaba que otra app para controlar colas llamada Porter@ estaba enlazada con la base de datos del Minint.

La información que se guarda en la app ha sido utilizada para, según las autoridades, enfrentar a deudores de impuestos y “otras categorías de interés”.

“Independientemente de que las personas detectadas como comisores de delitos y deudores lo sean, el punto es que el Gobierno no declara como objetivo la persecución policial ni el control masivo.”, opinó Giselle Morfi, abogada de la plataforma Cubalex.

Algunos representantes del gobierno, mientras tanto, parecen estar más preocupados de que no se controle bien y que no se guarde toda la información posible. En esta continuación del reportaje de Cubadebate, los funcionarios se mostraron preocupados porque en no todos los establecimientos el administrador de la fila escanea la identificación de quienes hacen las colas.

“El correcto funcionamiento de la apk responde a la responsabilidad personal de los escaneadores”, comentó en el reportaje Julio Carballo, profesor universitario y organizador de la lucha contra coleros en un municipio de la capital.

Por otra parte, el simple hecho de ir y hacer una cola puede representar una pérdida de tiempo. Algunas veces quienes esperan durante horas no saben lo que venden en la tienda, pero deciden esperar porque, sea lo que sea, será algo más de lo que ya tienen. 

Para saber lo que se oferta en algunas tiendas (las de la corporación Cimex) existe una aplicación, nombrada, literalmente, “Dónde hay”, que se lanzó en 2018. En un escenario ideal, “Dónde hay” ayudaría a la gente a no perder tiempo: señalaría las tiendas que están abastecidas, las personas podrían elegir qué cola hacer y así cada cual podría gestionar un poco mejor la escasez, pero no siempre funciona bien.

“Donde hay” tiene un buscador en el que se puede poner el nombre de un producto y salen todos los establecimientos que lo tienen en una zona determinada. Como ya hemos visto con anterioridad, los problemas no tardaron en aparecer.

En una queja publicada en la prensa estatal en septiembre de 2018, una usuaria decía que los inventarios de la app no siempre estaban actualizados. La desactualización del inventario, le dijeron en ese entonces, era por falta de conectividad.

Existen otras variantes de “Dónde hay” en Telegram, que funcionan de forma colaborativa. En ellas es la propia gente la que dice si en algún lugar hay queso, huevos, café, leche, aceite, cualquier cosa. “Compartimos datos de dónde hay lo que necesitamos en Cuba”, dice de manera directa y sin adornos la descripción de uno de esos grupos.

Comercio electrónico en un país desabastecido

En diciembre de 2019, cuando las noticias de una pandemia eran extrañas para casi todo el mundo, se inauguró en Cuba TuEnvío, una plataforma de comercio electrónico, también de Cimex, de la que se ha escrito mucho por sus fallos, tanto en la prensa estatal, como en la independiente.

Solo dos meses después de su apertura, la ciudadanía ya reportaba demora en las entregas, poca variedad en la oferta, inventario desactualizado, imágenes pixeladas y poca información sobre lo que se estaba adquiriendo. El mal trabajo obligaba a la entidad a devolver el dinero a sus clientes por compras que no llegaron a hacer y que aun así se les habían descontado.

El 13 de abril de 2020 la página de TuEnvío amaneció mucho más lenta de lo normal. Según algunos usuarios, el sitio se “congelaba” con frecuencia o les prohibía el acceso. Luego, dijo Cimex, que la página mantenía “una operatividad muy inestable” debido a la alta demanda, que sufrió un colapso por deficiencias infraestructurales, al igual que sucedió con Transfermóvil o Viajando.

El colapso obligó a Cimex a cerrar el sitio durante casi una semana. Tras el cierre, la corporación anunció que pronto se implementarían algunas medidas, entre ellas, la reducción en un 10% de las tarifas de transportación y el establecimiento de un CUC (o 25 CUP en aquel momento) como límite mínimo de cada compra.

Las insatisfacciones no pararon ahí. En un forodebate organizado por el periódico Granma, las autoridades reconocieron que, excepto en La Habana, el resto de las provincias contaban con solo una tienda para atender pedidos. Esto era algo que demoraba las entregas. Algunas personas, incluso, dijeron que la mercancía nunca había llegado a sus manos. 

Otro asunto que causó molestia entre los compradores fue la venta de combos. Los combos estaban compuestos por productos que no eran demandados y por productos de primera necesidad, las personas estaban obligadas a llevarse algo que quizás no quería para comprar una botella de aceite, por ejemplo.

TuEnvío, que en teoría iba a hacer más fácil la compra de productos y a evitar las aglomeraciones, logró justo lo contrario. En julio de 2020, las colas para buscar un producto que había sido comprado en la tienda virtual eran tan largas como las colas convencionales.

Por entonces, Cimex limitó los horarios de atención de TuEnvío a la parte del día en que las tiendas se encontraban abastecidas. Los clientes tenía que conectarse de madrugada, cuando se recibían las mercancías en los almacenes, si quería alcanzar a comprar.

Casi dos años después, entre los meses de abril y marzo de 2022, varios medios de prensa controlados por el gobierno comenzaron a publicar noticias de una nueva versión de la plataforma que entraba en fase de pruebas: TuEnvío 2.0.

Los nuevos cambios, anuncian, estarán centrados en los tiempos de compra. Ahora los usuarios tendrán 30 minutos para empezar el proceso de pago, si no lo hacen en ese tiempo, el producto seleccionado aparecerá como disponible nuevamente. Luego, cuando se inicie el proceso de compra, se dispondrá de hasta 1 hora para pagar.

Pero hay más, porque sí, TuEnvío 2.0 no escapará a la cibervigilancia gubernamental, como muchas de las apps para “informatizar la sociedad cubana”. En una entrevista con la emisora Radio Reloj, Gilberto Luiz Díaz, gerente general de DataCimex, dijo que la plataforma estará conectada con la Ficha Única del Ciudadano, una controversial base de datos con información personal.

La aplicación de esta ficha entró en vigor en diciembre de 2020 por la Resolución 484 del Ministerio de Justicia  Según la Resolución, la ficha capta “datos de identidad de las personas desde una fuente única”, es decir, que la información se mantiene en una gran y única base de datos. Dicha base, continúa, tiene como objetivo garantizar “la seguridad jurídica, la integridad y la protección de la información”. Los datos que incluye son los siguientes: Número de identidad, nombres y apellidos, nombres de los padres, Registro Civil (además de tomo y folio) donde se encuentra la inscripción de nacimiento o defunción, sexo, domicilio legal, condición migratoria (además de última entrada y salida del país), residencia efectiva, ciudadanía, fotografía facial y firma autógrafa.

Según Gilberto Luis Díaz, esto, que se hace sin el consentimiento informado de los usuarios, ayudaría a dar una “experiencia más personalizada”.

En resumen, en medio de la vigilancia, la ineficiencia y la escasez, TuEnvío replica las mismas formas de actuar del comercio tradicional en Cuba. Las soluciones tecnológicas que da el estado, incompletas y poco satisfactorias, se suelen compensar con propuestas ciudadanas que no cumplen del todo la demanda de las personas.

Y mientras el sitio web de TuEnvío es defectuoso y tiene errores que pueden complicar la compra más pequeña, existen otras plataformas pertenecientes a empresarios cubanoamericanos que venden productos nacionales que no se ven ya en los mercados de la isla a un precio mucho mayor. En estas plataformas, al parecer, la oferta nunca es superada por la demanda y los procesos de compra son sencillos e intuitivos.

Hablamos de Katapulk, de Hugo Cancio y Supermarket23, de Aníbal Quevedo, que son grandes almacenes, parecidos a Amazon, con vínculos y negocios con el poder en Cuba. Hacia esas tiendas ha ido parte de la producción nacional.

Allí no pueden comprar quienes residan en la isla. Para ello necesitarían una tarjeta de crédito o débito extranjera, que casi ningún cubano tiene. Dependen de la solidaridad de algún familiar o algún amigo que desee ayudarlos.

La alternativa, para muchos, sigue siendo la misma de siempre: salir a caminar y ver qué se encuentra, preguntar a los vecinos, pedir el último; esperar, esperar, esperar.

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