En las asambleas de la Biblioteca Nacional, en 1961, Castro llama al orden y exige que la discusión no se convierta en una “cámara húngara”, una algarabía vulgar. El sucesor de Castro y usurpador de la presidencia de la República echa mano, a tono con los nuevos tiempos, de un neologismo yanqui: “Ese grupo de personas aprovecha a los que están alentados por los odiadores”.
Magnolia y Barnet: el terrorismo como cuestión doméstica
El homosexual que el castrismo postuló para después poder perseguirlo, el “mariconzón” (Fidel dixit) capaz de los actos más viles, ese arquetipo de perversión que requería disciplina, castigo y vigilancia, nunca existió. La Revolución lo soñó.
La Sirenita: una polémica reciente y el fundamentalismo perenne
Cambiar la visualidad del logo de la empresa una vez al año por la bandera de la diversidad es cool, y apoyar a la comunidad LGBTI aumenta el rating de la imagen global, cuando en los equipos no haya empleados sexodiversos. Se llama pinkwashing, este fenómeno extendido, y lo hace todo el mundo, incluidos los gobiernos, que también necesitan modernizarse. Todo se traduce en dinero, en réditos políticos y en ganancias pecuniarias o simbólicas; de otro modo no se gastarían millones en hacer una película «controversial».
“Pinochet redivivo”: diferencias de plebiscitos en Cuba y Chile
En trágico contraste con las consultas populares de Chile, cada uno de nuestros plebiscitos ha quedado a la vera del camino: así el convocado por el escritor Reinaldo Arenas y el pintor Jorge Camacho en 1990, y también el Proyecto Varela de Oswaldo Payá, que terminó costándole la vida al mismo convocante.
“¡No es no!”: Camilitos, reclutas y otros abusos de poder
Los reclutadores del Servicio Militar Obligatorio cayeron como buitres en la casa de mi abuela en la calle San Lázaro, me condujeron a un local del Paseo del Prado para el examen físico reglamentario, y me dejaron en cueros delante de otros trescientos adolescentes.
Monumento al gallego equivocado
La Cuba moderna y libertina que poco tiempo atrás fuera el destino de paupérrimos inmigrantes en alpargatas de esparto, ahora se aglomeraba, hambrienta de noticias, en la cocina de una familia dividida, para robar un atisbo de Los Beatles por cortesía de Francisco Franco.