Adel Bonne: “Voy a seguir ayudando a los familiares de presos políticos”

Ilustración: Alejandro Cañer

Adel Bonne Gamboa tenía un mal presentimiento el 2 de febrero de 2023. Escribió en su muro de Facebook que era uno de esos días en los que todo eran problemas. Unas horas más tarde, se enteraba de que un agente de la Seguridad del Estado (SE) había ido a visitar a su madre al trabajo. No fue una visita casual ni espontánea: quería que influyera en su hijo para que dejara de hacer lo que hacía, para que dejara su activismo y sus denuncias en redes sociales. Y le aseguró que si él no obedecía habría “consecuencias”.

Al enterarse, Bonne Gamboa decidió hacer una transmisión en vivo en Facebook contando lo sucedido, a pesar de los deseos de su madre y de las advertencias del oficial que la visitó. En la transmisión interpeló directamente al agente. Le dijo que dejara en paz a su madre y le advirtió que él seguiría haciendo lo que hasta ahora hacía: apoyar a los presos políticos y a sus familiares, defender los derechos de la comunidad LGBTIQ+ y criticar en redes sociales todo lo que creyera que el poder hacía mal.

Adel Bonne Gamboa es un joven cubano de 28 años que estudió para ser instructor de arte, una profesión que no ejerce desde 2021. Es, además, una de las personas que más violaciones de sus derechos digitales ha vivido en los últimos meses por su labor como activista independiente.

Según los informes mensuales de YucaByte, en el último trimestre de 2022 Bonne Gamboa reportó cuatro cortes de su servicio de internet móvil, una táctica de censura que implementa el Gobierno para silenciar —temporal o permanentemente— a individuos específicos. También reportó el uso de imágenes suyas en sitios de citas sin su consentimiento, la publicación de su número de teléfono en webs de compra y venta y varios intentos de hackeo.

“He perdido la cuenta de la cantidad de veces que han intentado hackear mis redes sociales a través de enlaces, a través de números de teléfono. Me entraban mensajes de personas solicitando un código (que previamente me había llegado y no había solicitado)”, explicó a YucaByte.

“Por otra parte, millones de veces ha aparecido mi número en internet sin mi consentimiento. Empiezan a escribirme gente o a llamarme, con temas de dinero y de otras cosas. Recuerdo que cuando el dólar valía como 150, pusieron que yo estaba vendiendo dólares”.

Un punto de no retorno

Bonne Gamboa no siempre fue tan frontal y crítico con el Gobierno. Al principio no utilizaba las redes sociales como espacio de denuncia, algo que cambió hace unos cinco años. “En aquel entonces mi perfil de Facebook estaba para los poquísimos amigos que tenía. En general gente cercana y familiares”, dijo.

Hacía crítica social. Contrastaba la narrativa de los políticos y funcionarios con la realidad que veía diariamente. Cuando el Gobierno se preparaba para el Referendo Constitucional de 2019, decidió hacer una publicación en Facebook cuestionando el proceso, publicación que luego, por miedo, borró.

Quizá el miedo fue una de las emociones que marcó su relación con las redes dur esos primeros años. Durante un tiempo tuvo un perfil con nombre inventado y una foto suya retocada, en la que no se le podía reconocer, donde decía las cosas que temía decir públicamente. “Lo hice por consejo de otras personas”, comentó. Personas a las que les preocupaba que sufriera el tipo de represalias que después vivió. “Gracias a ese perfil fue que conocí a mucha gente de la oposición, fue que me hice amigo de varios activistas”, apuntó.

Su miedo a decir públicamente lo que pensaba empezó a desvanecerse en noviembre de 2020. Hacía pocos días, agentes del Gobierno habían desalojado por la fuerza a más de una decena de personas que estaban en una protesta pacífica en La Habana. La protesta fue en la casa del artivista Luis Manuel Otero Alcántara, líder del Movimiento San Isidro, y consistió en varias huelgas de hambre y de sed, asumidas principalmente por el propio Otero Alcántara y por el rapero Maykel Castillo (Maykel Osorbo), como respuesta a la encarcelación del rapero Denis Solís. Durante el desalojo de los llamados “acuartelados de San Isidro, el régimen bloqueó el acceso a varias redes sociales.

A la expulsión de los manifestantes, siguió una protesta ciudadana frente al Ministerio de Cultura el 27 de noviembre. Y, días después de esa protesta ciudadana, el Gobierno organizó un acto de propaganda en el parque Trillo, de La Habana, conocido como Tángana o Tanganazo.

En ese tiempo, Bonne Gamboa era líder de la Brigada José Martí de Instructores de Arte del municipio Diez de Octubre. Él y sus compañeros tenían un grupo de WhatsApp donde socializaban cuestiones relacionadas con el trabajo. “Como era administrador de ese grupo, tuve que compartir un mensaje que decía: ‘Todas las personas TIENEN que ir’ a la Tángana, así, ‘tienen’ en mayúsculas”.

Un compañero suyo, molesto, se quejó en el grupo por la orden. Bonne Gamboa dijo que el muchacho escribió en el chat palabras como “dictadura” y “un montón de cosas más”. La superior directa de Bonne Gamboa, que estaba también en el chat, vio el mensaje y le comentó a este que lo mejor era eliminarlo del grupo. El muchacho, molesto, hizo capturas de pantalla a la convocatoria y esas capturas se filtraron a algunos medios independientes.

“[En las capturas] salía mi nombre, salía mi número y la gente me empezó a escribir, a amenazar”, recordó Bonne Gamboa. “Me tomé el trabajo de ir chat por chat, persona por persona, para decir realmente lo que yo pensaba, que no había sido yo, que yo solamente compartía algo porque me tocaba”.

Después de aquel incidente, Bonne Gamboa renunció a su trabajo como Instructor de Arte. Para hacerlo argumentó una enfermedad. Se justificó con los síntomas que sufría debido al estrés y los acrecentó.

Ese momento fue un parteaguas para él. Un punto de no retorno, en el que decidió “ponerse fuerte”.

“No me lo esperaba…”

En la transmisión en vivo por Facebook que hizo el 2 de febrero, Bonne Gamboa instó al agente que acosó a su mamá a llamarlo, pero hasta ahora nadie lo ha contactado. “Yo he estado bastante pendiente”, aseguró.

Confesó que no se esperaba el acoso de la SE en este momento de su vida. Ahora, por salud, dijo que no comparte mucho contenido político. La mayor parte de sus publicaciones son humorísticas o réplicas de las denuncias que ya han hecho otros activistas.

“Creo que lo hicieron para desestabilizarme, porque ellos son así. Les gusta, cuando estás tranquilo, desestabilizarte. Incluso creo que lo hicieron más para ver mis pasos: por dónde yo andaba, porque llevo tiempo tranquilo”, manifestó.

La del 2 de febrero fue la segunda vez que la policía política contactó a su mamá. La primera fue en el mes de agosto de 2022. “En agosto yo estaba súper contestatario. Llegué a escribir hasta 15 posts al día. Sabían incluso que yo estaba en un proceso migratorio y necesitaban interrumpirlo”, dijo refiriéndose a la regulación migratoria que le impusieron, una táctica represiva que le impide salir del país hasta que las autoridades lo decidan.

En agosto de 2022, incluso, fue detenido e interrogado por la SE. La detención fue el 9 de agosto, cuatro días antes de su 28 cumpleaños. Durante el encuentro fue amenazado con el nuevo Código Penal, que en ese momento no estaba en vigor.

Los oficiales mencionaron que podían acusarlo de “instigación a delinquir” y argumentaron su acusación diciendo que era “por estar en los lugares en que no debía estar” y “incitar” a los cubanos a “coger la calle, a disentir”.

La figura delictiva de “instigación a delinquir” (artículo 268.4 del nuevo Código Penal) incluye en su descripción legislativa el término “redes sociales”. A partir de la entrada en vigor del Código Penal, si alguien usa las telecomunicaciones o sus servicios para incitar a que otros cometan “delitos”, esto podría ser considerado un agravante de responsabilidad penal.

Esto también significa que, si Bonne Gamboa, por ejemplo, publica algo en redes que el régimen vea como contrario a sus intereses, podría recibir una sanción más alta que si hace lo mismo en la calle.

El encuentro de la SE con su mamá en agosto fue muy parecido al de hace unos días. La diferencia más notable, según Bonne Gamboa, es que en este momento él estaba “tranquilo”. “Por ese entonces había mucha más justificación para ellos, basada en su propia lógica, para encarcelarme o silenciarme. Pero ahora no, yo no me lo esperaba”, sentenció.

En los interrogatorios que ha tenido, dijo, se repiten las mismas exigencias. “Me han dicho que no publique, que no me relacione con mis amistades de la oposición o activistas, que no visite a las madres [de los presos], que no ponga nada de los presos políticos, que ellos están presos porque se lo merecen”.

Su apoyo a los familiares de los presos políticos empezó después de las masivas protestas antigubernamentales del 11 y 12 de julio de 2021 (11J). A partir de ese día decidió posicionarse y ser más frontal contra el Gobierno.

“Vi la directa de Yoan de la Cruz (la primera persona que  transmitió en directo la manifestación inicial en San Antonio de los Baños). En el momento en que terminó la directa, imaginé lo que le podía pasar y desde ese minuto le empecé a dar seguimiento a lo que sucedía con él”, relató.

A Yoan de la Cruz llegó por todas las cosas que tienen en común. Ambos son de la misma edad, son jóvenes gais y habían coincidido varias veces, aunque no eran amigos. Luego del 11J se volvieron cercanos. De la Cruz, incluso, le envió una carta desde prisión en la que describía que había sido maltratado y humillado por su orientación sexual.

Bonne Gamboa también ha apoyado a otros presos políticos, incluidas Brenda Díaz y su mamá; y a Andy García Lorenzo y su familia en la provincia de Villa Clara, en el centro del país.

De la misma manera, ayudó a Isabel Ruiz Urquiola, madre de la exprofesora y activista Omara Ruiz Urquiola, a quien el régimen impide regresar a su casa.

La finca de Isabel Ruiz Urquiola, en la provincia de Pinar del Río, había sido devastada tras el paso del huracán Ian en septiembre de 2022. Su hija Omara quiso regresar a ayudarla, pero su entrada a Cuba fue prohibida por las autoridades cubanas por tercera vez.

Bonne Gamboa contó a YucaByte que la idea surgió espontáneamente. Él y Omara Ruiz Urquiola se pusieron de acuerdo y poco tiempo después llegó a la finca para ayudar en su recuperación.

Hizo algunas publicaciones sobre los animales de la finca, el paisaje, la destrucción causada por el huracán, “nada específicamente político”. Un día antes de irse, las autoridades locales lo detuvieron y lo interrogaron. “No habían ido a ver a Isabel en 32 días”, afirmó.

Cuando lo interrogaron le leyeron, en un móvil, todas las publicaciones que había hecho en Facebook desde que se abrió su cuenta, una práctica que también han denunciado otros activistas y creadores de contenido.

“Ellos empezaron a sacar de ahí supuestos delitos, incluso bromeaban entre ellos sobre cuántos años me darían por esto, cuántos años por lo otro y me hicieron una cuenta de todos los años que me podían meter”.

A pesar de todo el acoso, la represión y de la regulación migratoria, Bonne Gamboa prometió en la transmisión en vivo que hizo después del segundo incidente de la SE con su mamá que ahora sería más activo en redes sociales y que no abandonaría su activismo.

“Esto es una dictadura. Y voy a seguir ayudando a los familiares de presos políticos, a darles cariño”, sentenció.

El pasado 14 de febrero, el mismo oficial que contactó a su mamá 12 días antes se presentó en el hogar del activista para decirle que debía acudir a un interrogatorio en la estación de policías de Aguilera, en Diez de Octubre

El 15 de febrero, antes de entrar a la estación, el artista plástico Yulier Rodríguez, quien acompañaba a Bonne Gamboa, tomó una foto de sí mismo mientras subía la escalera de entrada de la comisaría. Por ese motivo, la Policía detuvo a Rodríguez.

Después de ser liberado, Bonne Gamboa decidió esperar por la liberación de Rodríguez y del activista Arián Cruz, conocido en redes sociales como Tata Poet.

“En 15 minutos entro a la unidad nuevamente y hasta que no salga Yulier no nos movemos de aquí”, escribió Bonne Gamboa en su muro de Facebook.

De acuerdo con el abogado Fernando Almeyda, el 15 de febrero también fue citada la activista Yordanka Battle Moré para la estación policial de Zapata y C. Junto con la activista fueron detenidas —y posteriormente liberadas— Rosmery Almeda, conocida en redes como Alma de Cuba, y Naty Arango. 

Por su parte, la activista Yamilka Latifa (Lara Crof en redes sociales) y otras dos mujeres sin identificar que también acompañaban a Battle Moré, no habían sido liberadas hasta la publicación de esta nota.

Tras horas de espera en las afueras de la estación policial de Zapata y C, Bonne Gamboa y Arián Cruz volvieron a ser detenidos.

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