Memes Bruno Rodríguez

¿Por qué el gobierno cubano quiere ser memero?

El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, sorprendió a todos el pasado 31 de mayo con la publicación de un meme en su perfil oficial de Twitter. Rodríguez, quien hasta ahora solo ha replicado el parco discurso oficial en su perfil, subió un meme contra el embargo que referenciaba a la estrella mediática y de redes sociales Khabane Lame.

El “chiste” del ministro contó en esta red social con toda una comitiva de apoyo, pero también con respuestas de usuarios no alineados con su discurso.

Llama la atención que ese mismo día, el portal Cubadebate publicó el mismo meme en su página en Facebook, además de un artículo dedicado a Khabane Lame. Dicho texto cuenta que Lame es un joven senegalés residente en Italia, quien se ha convertido en una estrella de tiktok por demostrar lo absurdo de muchos trucos sencillos recomendados en redes sociales (life hacks). En sus videos, Lame no se burla de los problemas en sí, sino de lo ridículas que son las soluciones que proponen algunos. Al parecer, este “tiktokero” se ha vuelto el nuevo fetiche del oficialismo en Cuba.

Lo anterior deja abierta una gran pregunta:

¿Será que el Gobierno cubano tiene los primeros síntomas de algo parecido al sentido del humor?

Un régimen con malas pulgas

El Gobierno cubano, en verdad, no es nada simpático. De hecho, nunca lo ha sido, y la llegada de internet, y los consecuentes memes, solo vino a demostrar sus malas pulgas y su incapacidad para aceptar el sentido del humor de los ciudadanos. Para un sistema que vive de crear enemigos en todas partes, un simple chiste puede ser tan dañino como un golpe de Estado.

El régimen odia los memes, especialmente porque muchos de sus dirigentes son musas inspiradoras de las bromas que circulan en las redes sociales del país. Una de las principales dianas de estos memes ha sido el propio Miguel Díaz-Canel, algo que ha provocado respuestas desde el enojo de los medios oficiales. En octubre del 2020, por ejemplo, un artículo publicado en Juventud Rebelde arremetía contra estos contenidos humorísticos, que por entonces explotaban la inexacta gráfica hecha a mano realizada por el presidente del país y expuesta en televisión nacional. Según este texto, las bromas inspiradas en el eje cartesiano de Díaz-Canel son “reflejo de la animosidad, el rencor, el resentimiento, el odio y la impotencia de quienes nos adversan”. Juventud Rebelde, muy en serio, defiende el talento científico del presidente (quien luego divulgaría su título de Doctorado, como para acallar críticas) y su “talante de estadista”, ambas demostradas en una simple gráfica. La respuesta de este medio ante una broma tan nimia resulta exagerada, sobre todo si se tiene en cuenta el arsenal de apodos con los que cuenta Díaz-Canel: puesto a dedo, Canelo, Machi, televisor ruso (se ve, pero no tiene mando), etc…

Los medios oficiales, defensores del presidente frente a la amenaza memera, al parecer, no siempre han hecho bien su trabajo. O eso piensa el politólogo oficialista y director de la revista Temas, Rafael Hernández.

Quizás la barrabasada más recordada de Miguel Díaz-Canel fueron sus palabras sobre la limonada, “la base de todo”, que en su discurso pintaba como panacea para rescatar la gastronomía del país. La frase, reproducida en televisión nacional, fue caldo de cultivo para infinidad de memes que durante meses inundaron las redes sociales en Cuba. Esto pareció molestarle mucho a Rafael Hernández, quien pidió una política comunicativa más exigente, capaz de identificar los disparates de Díaz-Canel para no hacerlos públicos y que la población no lo volviera presa de la “vaciladera y la guanajería”. En otras palabras, Hernández propuso a los medios oficiales cuidar la imagen del presidente para salvarlo de sus propias tonterías.

Para abril de 2021, la estrategia oficial de “defensa antimemes” había cambiado por completo. El humor y la sátira política en redes sociales ya no eran para el Gobierno expresiones de animadversión ni vaciladeras y guanajerías, sino elaborados planes de guerra sicológica orquestados por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos. Esta teoría surgió de Las Razones de Cuba, un blog auspiciado por el Departamento de la Seguridad del Estado y muy bien referenciado por varios medios oficiales. Según el texto en que se desarrolla esta idea, cualquier idea crítica con el régimen es parte de una gran conspiración que da a entender que los funcionarios la CIA se reúnen semanalmente para pensar el próximo meme que se viralizará en la Isla. He aquí un fragmento:

“Y entonces, comienza el maratón de noticias falsas: violación de derechos humanos, reportajes acusatorios de ‘periodistas independientes’, memes burlando a los dirigentes en las redes, canciones compuestas por artistas conocidos que en su exilio dorado y pagado, producen música y letras para darle ‘color’ y voz a las ‘protestas’ contra el ‘régimen cubano’.”

Para el Gobierno cubano, hasta el sentido del humor debe estar a su servicio, y todo lo que escape de ese estrecho morral le parece propaganda enemiga creada en “laboratorios ideológicos del imperio”. En un país donde no se respeta, y se reprime, la libertad de expresión, hasta reír es un pecado. Como si fuera culpa de los memes la limonada de Díaz-Canel, los kilómetros de tripa del ministro de la Industria Alimentaria, los avestruces de Guillermo García Frías, la dolarización de la economía, los altos precios del internet y pobreza que muchos viven en la Isla.

¿Por qué triunfan los memes en Cuba?

Para abordar el tema de los memes y su amplia aceptación en Cuba, YucaByte conversó con el usuario detrás del perfil humorístico en Twitter Yo Uso Mi Nasobuco, cuyo nombre es una parodia de un video viralizado en Cuba a inicios del pasado año. Este perfil, con solo un año de creado, cuenta con casi 20.600 seguidores.

El tema de los memes en Cuba ha venido siendo algo importante. No es algo del último año. Ni siquiera comenzó con la cuarentena. Yo recuerdo que antes de la apertura de los datos móviles en Cuba ya existían aplicaciones con recopilatorios de memes que la gente se las iba pasando. Ya cuando llegan los datos móviles la gente comienza a consumir más contenido de memes y humorísticos en general, porque ya podían verlos directamente en las redes sociales. También comenzó a naturalizarse la práctica de publicar todo el tiempo memes en los estados de Whatsapp que van recopilando por ahí. Con las disminuciones del precio de internet, la gente ha tenido mayor acceso a las redes sociales y a estos contenidos y se ha creado toda una cultura de estar viendo memes en vivo. Esto ha hecho que personas como yo puedan lograrse un público, porque te consumen directamente en tu plataforma.

También es importante entender que el éxito de los memes está en que consumen pocos megas comparado con videos y hasta con fotos. Ahora hay, incluso, una vertiente que es solo texto que estamos desarrollado los memeros (como nos dicen). Yo, por ejemplo, la mayoría de las cosas que hago son tuits. O sea, que el meme es una manera muy práctica y económica de llevar el humor a la gente. Además, influye el hecho de que los memes son bastante potables, aunque hay algunos bastante complicados. Yo hago memes de crítica social muy asequibles y amenos que generan empatía con las personas que también viven esas cosas absurdas e ilógicas que suceden aquí en Cuba. Y la retroalimentación que uno recibe de los usuarios motiva a seguir haciéndolo, lo que hace que cada vez más personas busquen este reconocimiento, tener su público. Todo esto ayuda a que exista mayor diversidad, a que la comunidad de memeros crezca y se fortalezca esta cultura de crear contenidos cubanos, hechos desde Cuba. Porque memes ya existían en el mundo, y los cubanos llegamos tarde a todo.

Los memes son una plataforma humorística muy poderosa para hacer reír, y más en Cuba. En Cuba no hay cultura de stand up y el precio de internet no deja que haya cultura de Youtube, por ejemplo. Pero el meme cumple con los requisitos para volverse fácilmente viralizable, y permite que el humor cubano llegue a una nueva generación. No somos la generación de los teatros.

Sobre si los memes son parte de la guerra sicológica, en verdad es algo que no me interesa, porque quienes piensan eso no son parte de mi audiencia ni me preocupa lo que puedan pensar. Yo no trabajo la línea política. Si me metieran en ese saco, es problema de ellos. Existen plataformas de memes políticos, pero si existiera un laboratorio de guerra sicológica, el Estado les ha creado su contrapartida. Hay páginas en Facebook y Twitter que hacen contenidos que al Estado le gusta y usando también el formato de memes. Por mi parte, yo hago humor, no consignas ni campañas políticas.

YucaByte también pudo conversar con el responsable de otra página de humor en Twitter, San Memero, quien ofreció las siguientes declaraciones sobre los vínculos entre el humor, las redes sociales y la moda de los memes:

Los memes son importantes porque a veces por ellos te enteras de las noticias más rápido que por un medio de prensa. Cuando pasa algo, al momento la gente empieza a hacer humor al respecto. Además, el cubano siempre se está riendo de sus situaciones, y el meme es el método que ha encontrado para expresarlo. Cualquiera que tenga un móvil o una computadora con acceso a internet puede hacer o consumir un meme.

También vemos que hay una joven generación sin hábito de lectura, que le pones un texto largo y a lo mejor no se lo lee, pero si le pones dos oraciones algo chistosas, pues se lleva la información, se divierte, la comparte y se identifica con ella. A mí me escribe muchísima gente cada vez que pasa cualquier cosa, y me dicen: “oye, haz un meme con esto”. Y resulta que es así como yo me entero al momento, gracias a mis seguidores, de las cosas que pasan.

Este éxito ahora de los memes se debe a que, como siempre, el cubano llega tarde a lo que es tendencia en el mundo. Los memes son algo viejo, pero el cubano lo descubre ayer, porque el cubano descubre internet ayer, como quien dice. También está el hecho de que el cubano vive con miedo a gastar sus megas, y los memes son fácil de compartir.

Sobre las posturas contra este tipo de humor debo decir que los que hacen memes son solo los mismos que están en las aulas dando chucho, riéndose de las cosas que pasaban. Esos muchachos que siempre estaban viéndole lo chistoso a las cosas son los que hoy suben contenido humorístico a Instagram y Twitter. Al final somos jóvenes que encontramos en los memes una manera de expresar lo que pensamos con sentido del humor. Solo eso. Y tenemos maneras de saber qué contenido puede funcionar. He conversado con instagramers y youtubers, y me han dicho que para hacer contenido primero entran a Facebook y Twitter para ver qué es tendencia en ese momento. Y es que hoy, para saber qué está pasando en Cuba, la gente no lee un periódico, sino que va a ver memes, a ver qué está pasando en los memes. Tampoco es necesario entrar a las redes sociales, pues el cubano ha hecho de los estados de Whatsapp un medio de difusión de memes. Por ejemplo, cuando haces una captura de pantalla de un meme en un estado de Whatsapp la imagen se difumina un poco, y mientras más capturas se hagan consecutivamente, más se gasta la imagen. Y llega un momento en que casi no ves nada de la imagen, y ese es un medidor de cuánto se comparten estos contenidos.

Memeros cool y sexy

Entonces, por fin ¿está experimentando el Gobierno cubano algo parecido al sentido del humor? Y más importante ¿es genuino y espontáneo?

La idea de un Gobierno “simpático” fue “teorizada” por primera vez en febrero de 2021 por el periodista oficial y ciberacosador Pedro Jorge Velázaquez. En una videoconferencia con su colega Iroel Sánchez, Velázquez diagnosticó al discurso del régimen como “aburrido”, para lo cual recetó una “Revolución cool y sexy”, que adaptara su contenido a plataformas más modernas y “entretenidas”, como pueden ser los memes. Irónicamente, este mismo comentario de Velázquez no tardó en convertirse en material de memes burlescos y hasta de un challenge que se hicieron virales.

Uno de los primeros acercamientos memeros gubernamentales (sucedido en el mismo febrero) fue realizado por el Ministerio de Cultura (MINCULT) en sus redes sociales.  Por entonces acababa de estrenarse la canción “Patria y Vida”, que tanto incomodó al régimen al punto de hacerle dar respuestas musicales poco populares de las que se burlaron los ciudadanos. El meme en cuestión era una poco agraciada burla a los integrantes de Gente de Zona, también intérpretes de “Patria y Vida”, a los que se le acusaba de haber participado en la canción a cambio de dinero. Curiosamente, el meme fue eliminado al poco tiempo de ser publicado y hasta el momento se desconocen las razones. Sin embargo, vale señalar que por entonces el MINCULT enfrentaba fuertes acusaciones desde las redes sociales por lo sucedido el pasado 27 de enero, cuando el ministro Alpidio Alonso, varios funcionarios de Cultura y agentes de la Seguridad del Estado agredieron físicamente a un grupo de artistas, activistas y periodistas que exigían el cumplimiento de lo pactado en la protesta del 27 de noviembre de 2020.

Realmente, el principal bastión de memes del régimen cubano radica en un perfil de Facebook llamado La Ciberclaria, cuyo contenido es exclusivamente político y fundamentalista. Mientras los memes salidos desde la ciudadanía se burlan de las incompetencias del gobierno (sátira política) o de problemas muy concretos de la sociedad cubana, esta página prefiere mofarse de activistas, periodistas independientes y artistas que son reprimidos en la Isla. Mientras las democracias del mundo aceptan que la sociedad civil critique desde el humor a los políticos, en Cuba el Gobierno solo se permite a sí mismo violentar y humillar a la sociedad civil.

Una de las figuras públicas que más promoción da a La Ciberclaria  es Iroel Sánchez, una suerte de gurú comunicativo del régimen, de los que también abogan por una Revolución “cool y sexy”.

No es posible saber a ciencia cierta si Iroel Sánchez está, de alguna forma, tras este perfil, pero sí es fácil adivinar por qué lo promociona tanto.

Cubadebate también se ha hecho eco de esta página, con la intención de dotar de humor sus publicaciones. En una especie de sección en sus redes sociales, este medio oficial se dedica casi exclusivamente a compartir los memes de La Ciberclaria, pero jamás uno que satirice la situación económica del país ni que cuestione a sus dirigentes.

Lo cierto es que un ministro, y nada menos que el de Relaciones Exteriores, ha compartido un meme, lo cual resulta toda una noticia en un país cuyo Gobierno resalta por su falta de gracia. Sin embargo, todavía queda por ver si este “humor revolucionario” le ha nacido a Bruno Rodríguez Parrilla o si fue otro mandato de Díaz-Canel, como cuando orientó a su avejentado gabinete tener cuentas en Twitter.                                                                                                                                       

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