Para mí hubo un antes y un después con el 11J, en el sentido de que a partir de ahí empezaron la preocupación y las necesidades de pensar en el arte políticamente
Un trueque con Hugo Cancio a cambio de hacer una obra
Es altísimo el costo político, la falta de libertades y la ruina económica implican tanto el trueque de una obra de arte a cambio de aparecer publicitado en una revista turística, como una compra de comida en Katapulk
Camila Lobón: “El totalitarismo echa a andar una maquinaria de terror autosostenible”
El Decreto [349] para mí fue más que todo el pretexto que eclosionó un deber ser ciudadano que el gremio cultural tenía pendiente. Muchos de los involucrados en la campaña se sabían exentos de penalizaciones
Campins: Para el Gobierno es fundamental que la sociedad tenga miedo
Desde el momento en que una persona decide hacer arte está tomando una actitud pública, porque asume automáticamente un compromiso con los espectadores. Creo que el arte sin un compromiso hacia un tercero, en este caso un público, no tiene sentido.
Lester Alvarez: “No me fui de Cuba para jugar al gato y al ratón con la dictadura”
Me gusta pensar en Cuba como intemperie, desierto, tierra baldía, sobre la que hay que construir desde cero, no crear cosas que ya vienen con el signo de la corrupción.
Irse
Pensaba que cuando saliera de Cuba por primera vez mi reacción natural sería no volver. Pero regresé y a la altura de hoy no sé por qué exactamente. El asunto es que viajé tres veces y retorné antes de decidir la salida definitiva junto a mi familia. En todo ese tiempo viví de cerca y fui parte de campañas de solidaridad, de acciones de protesta y de activismo político.