Team Asere: ¿qué se dijo en redes sociales?

Ilustración: Julio Llopiz-Casal

Con derrota de 14 carreras por dos, la Selección Nacional de Béisbol de Cuba terminó su participación en el V Clásico Mundial. El camino del equipo en el torneo fue irregular y emocionante para muchas personas. Perdió sus dos primeros juegos. Luego ganó otros dos para remontar y quedar primero de su grupo. En cuartos de final venció a Australia y en semifinales perdió contra Estados Unidos.

Mientras la novena jugaba sus partidos, la ciudadanía debatía en redes sociales sobre el rendimiento del plantel, su legitimidad, lo que simbolizaba y la instrumentalización que de él hacía el Gobierno cubano.

Durante los primeros choques de la competencia, Miguel Díaz-Canel, presidente designado del país, no publicó nada relacionado con el equipo. Fue el 10 de marzo, cuando Cuba obtuvo su primera victoria, que tuiteó: “Despertó el caimán y desveló al país”.

Díaz-Canel utilizó el tuit para promover la etiqueta #MejorEsPosible, promovida por el régimen en vísperas de las elecciones nacionales que sucederán el día 26, un proceso que históricamente ha carecido de transparencia y en el cual se espera que vuelva a ser designado unánimemente y sin oposición. El 12 de marzo volvió a asociar una victoria del equipo con una etiqueta usualmente empleada por el Gobierno, en este caso #SomosCuba.

Otras figuras de la política estatal también usaron el rendimiento del equipo para hacer propaganda. Gerardo Hernández Nordelo, quien fue uno de los cinco agentes cubanos presos en Estados Unidos por espionaje, citó a José Martí, héroe nacional de Cuba: “El patriotismo purifica y sublima a los hombres”. Hernández Nordelo acompañó el mensaje con una promoción a los Comités de Defensa de la Revolución, una organización de masas empleada para la vigilancia y el control de la ciudadanía y de la que él es coordinador nacional.

Lis Cuesta, esposa de Díaz-Canel, participó en la instrumentalización del equipo. Cuesta se apropió del término “Team Asere”, propuesto como apodo por los aficionados de la página El Pelotazo, y lo usó en una publicación. El propio Díaz-Canel y otros usuarios, amplificadores de la propaganda estatal, también se apropiaron del término.

El uso del deporte nacional para la edificación de propaganda no es algo nuevo. Fidel Castro lo hizo desde sus primeros años en el poder, tradición que han mantenido sus sucesores.

¿Equipo Cuba o equipo del régimen?

La historiadora del arte y periodista Anay Remón opinó en el medio independiente CubaNet que la politización e instrumentalización del equipo se debía a “la falta de capacidad del régimen para generar entusiasmo con su retórica continuista”. Remón considera que el Gobierno “necesita de acontecimientos positivos que contribuyan a aligerar el enorme descontento popular de cara al sufragio [del 26 de marzo]”.

El 25 de enero de 2023, la Federación Cubana de Béisbol (FCB) hizo pública la lista de 30 peloteros que competirían en el Clásico. La convocatoria traía una novedad: por primera vez, desde la llegada de Fidel Castro al poder, integrarían el equipo nacional jugadores activos en las Grandes Ligas de Estados Unidos.

Hasta hace poco, los jugadores que abandonaban una delegación oficial en competencia o emigraban fuera de la Isla eran llamados “desertores” o “mercenarios” por la prensa controlada por el Estado, por los dirigentes del país y por algunos aficionados. Durante mucho tiempo, los que se iban no podían competir en la selección nacional.

De esta forma, y coincidiendo con una época de malos resultados deportivos, el equipo Cuba “unificado” fue el anhelo de muchos aficionados durante largo tiempo.

“Quienes dicen no saber de política cuando se habla de deporte, parecen olvidar cuántas pésimas actuaciones y derrotas hicieron falta para que las autoridades deportivas de Cuba se decidieran a convocar a los peloteros que juegan en ligas profesionales”, agregó Remón en su comentario. “Olvidan que por décadas los intereses políticos e ideológicos han primado por encima de la calidad deportiva”.

A pesar de esto, la periodista recordó que es posible que fueran excluidos de la selección estrellas que criticaron al Gobierno, como Yuli Gurriel, Aroldis Chapman o Raisel Iglesias. “El régimen cuenta con sus fieles y con aquellos que no expresan ningún compromiso”, es decir, con quienes son “tolerables” o no se posicionaron políticamente.

“Estamos muy lejos de la reconciliación nacional que algunos se empeñan en ver a través de la composición del line up”, sentenció. “Pero algo es algo, y este resultado inesperado ha removido un sentimiento precioso en los cubanos, que los aguafiestas de siempre intentan mancillar con sus consignas y su triunfalismo de quincalla”.

En esa misma línea, la emprendedora y activista Saily González hizo pública su experiencia personal. González describió la alegría de su familia, y de su padre en particular, con las victorias del equipo. “A mí me importa más que mi familia y la fanaticada beisbolera en general tengan unas horas de alegría con la pelota, que toda la propaganda populista e ineficiente que está haciendo el Partido Comunista”.

Con respecto a la presunta preferencia del Gobierno cubano por algunos jugadores sobre otros, el periodista y escritor Carlos Manuel Álvarez apuntó que el lanzador Roenis Elías, que integró la nómina al Clásico, empleó en sus redes personales imágenes y etiquetas —SOSCuba y SOSMatanzas— que el Gobierno rechazó en su momento. “La FCB llamó a más peloteros de la Gran Carpa que rechazaron la proposición, entre ellos José Adolis García, Yordan Álvarez y José Dariel Abreu”, señaló.

Álvarez, que siguió la actuación del conjunto en el Clásico, había escrito el 15 de marzo, luego del triunfo ante los australianos: “Ese equipo no era nada, un ripio, la representación de un país roto (…). Estamos asomados por una rendija, esos atletas están compitiendo desde un lugar que desconocemos, parece unirlos una idea democrática, un suelo posible”.

La perspectiva del asunto que tiene el también periodista José Raúl Gallego es distinta a la de Álvarez. Gallego consideró que la FCB sí “excluyó de antemano a jugadores por su posición política”. Argumentó, además, que tanto el control de los jugadores por la Seguridad del Estado —que viajó con ellos—, como la exclusión y la instrumentalización eran un símil adecuado para describir al país.

“Entonces sí. (…) Es la representación de la Cuba de hoy. La Cuba de la exclusión que la ha llevado a un modelo fracasado que hoy busca gatopardear (porque sabe que se hunde) para mantener a los mismos en el poder a costa de la exclusión de base de siempre”, dijo el también investigador.

Y añadió: “Aunque no se dedique la victoria al Comandante en Jefe (como antes) se sigue usando el deporte como herramienta de validación del sistema y los fondos recaudados por el sistema deportivo siguen yendo a los mismos bolsillos sin que se cuestione su uso”.

Sobre este tema, y de acuerdo con una nota de Diario de Cuba, por primera vez se conoció con exactitud cuánto podrían ganar los planteles participantes. El equipo cubano, por llegar a semifinales, tenía asegurado 1.5 millones de dólares. Según las reglas del torneo, la mitad iría a los jugadores y la otra mitad a la federación correspondiente. En el caso cubano, al estar la FCB subordinada al Instituto Nacional de Deportes Educación Física y Recreación (INDER), que responde al Gobierno, no podría cobrar su parte.

Las fuentes oficiales, hasta el momento, no han explicado cómo se repartirá el dinero entre los peloteros, qué pasará con los incentivos de los que tienen cuentas bancarias en Cuba ni qué se hará con la tajada de la Federación.

El Team Asere en Miami

Cuando cayó el out 27 del encuentro de cuartos de final, y se supo que el elenco jugaría en Miami, algunos cubanos en la Isla y en el exilio especularon acerca de la acogida que les daría la comunidad cubana del sur de Florida a los peloteros de la Isla.

“Si la selección cubana llega a las semifinales en el LoanDepot Park, ¿cómo los recibirá el exilio?”, se preguntó Álvarez. “El exilio ya ha llegado y usurpado, en rol protagónico, el equipo predilecto de Castro. Hace falta recordárnoslo. El fin de la dictadura es eso que va ocurriendo mientras Miami todavía lucha por derrocarla”.

El programa televisivo “Con Filo”, uno de los principales espacios de difusión de propaganda del Gobierno, insinuó en una de sus emisiones que los peloteros se enfrentarían a los “odiadores”, una palabra usada en la propaganda estatal para estigmatizar a opositores.

Por su parte, Alexander Otaola, influencer y activista político, auguró protestas si el equipo iba a Miami. “Ellos solo representan a la dictadura”, aseguró el presentador.

El Ruso, un creador de contenido residente en Estados Unidos, sugirió que “enfocar cualquier campaña basada en el rechazo al equipo o a los jugadores” sería “un FRACASO total”. El memero explicó que sería mejor “aprovechar la situación para visibilizar los presos, los derechos humanos y obviamente a la dictadura, cualquier rechazo directo a los jugadores o el equipo no será aceptado, créanme, usemos la cabeza”.

El tuitero Ángel Tur, en cambio, vio oportuno que la comunidad cubana protestara activamente durante el choque. Tur trazó un paralelismo entre los fanáticos cubanos del béisbol y los aficionados iraníes al fútbol: “Así apoyan los iraníes libres al equipo de los Ayatolás”, escribió. “Se trata de asumir la libertad en toda su extensión o perecer bajo la maquinaria propagandística de los ayatolás caribeños”.

La exigencia de un posicionamiento a los jugadores continuó. El tercera base Yoán Moncada evitó enunciar la frase “Patria y Vida” luego de ser preguntado por un reportero de Radio y TV Martí.

Sobre esto, Álvarez observa que usualmente los beisbolistas —incluso los beisbolistas de Grandes Ligas— suelen ser “descafeinados”, comparados con deportistas de otras disciplinas como el fútbol americano o el baloncesto.

Cuando llegó el día del encuentro, para algunos medios la actuación del team en el terreno fue de lo menos noticiable.

Carteles antigubernamentales en las gradas, reclamos por la libertad de los presos políticos y espectadores cubanos que se lanzaron al terreno en señal de protesta (entre ellos el escritor Álvarez y el artista Danilo Maldonado, El Sexto), fueron lo más destacado de un desafío que se decidió desde la primera entrada. De igual manera, se reportaron enfrentamientos entre jugadores y aficionados, algo que ya ha sucedido en otras ocasiones.

De acuerdo con lo visto en redes, el Team Asere dejó euforia y contradicciones entre la ciudadanía de las dos orillas, la que queda en la Isla y la que se ha marchado. La periodista Mónica Baró reconoció esa contradicción y dio una referencia de hacia dónde mirar: “Todas las capturas que acá comparto son [la reacción] de familiares de presos políticos. Atiendan para ahí. Siempre. Cuando tengan dudas, atiendan para la gente más jodida de la historia”.

Por el momento, la pelota ya no rueda y los bates y los guantes están guardados. El próximo Clásico Mundial será en 2026.

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