Protesta 11 de julio

Represión en Cuba luego de protestas: dos testimonios desde Holguín

En la noche del 25 de julio, agentes de la Seguridad del Estado se aparecieron en casa del joven holguinero Luis César Rodríguez. Preguntaron por él, pero les dijeron que no estaba. La policía política cubana advirtió que tenía asuntos pendientes con Luis César. También avisaron que regresarían.

El joven regresó más tarde en la noche. Las calles holguineras, incluso en las zonas más periféricas de la cabecera provincial, se encontraban atestadas de policías y patrullas, y también de sospechosas personas vestidas de civil en poses vigilantes. Desde el pasado 11 de julio, cuando una multitud de holguineros salió a las calles al grito de “Libertad”, la provincia está en una suerte de estado de sitio policial. El silencio y la aparente tranquilidad de muchas localidades del país parecen responder a los efectos de la represión del gobierno. Para muchos, mantenerse en casa resulta más seguro, aunque, como comprobó esa noche Luis César, ni siquiera ahí puede escapársele a la hostilidad del gobierno.

-Si sigues publicando en redes sociales esas cosas que publicas o si sales a la calle, te vamos a detener.- le dijeron los policías en la entrada de su casa cuando volvieron.

Según los policías, para el 26 de julio se estaba articulando otra protesta popular y ellos no estaban dispuestos a permitir que eso sucediera. El 26 de julio es una fecha simbólica del régimen y de ninguna manera aceptarían que la ciudadanía les arrebatara algo así.

-A partir de ahora, lo estamos vigilando.- concluyeron, y se posicionaron en las inmediaciones de su casa. Antes de irse, mencionaron que también “visitarían” a su compañero, Rolando Arias Peñas.

La hostilidad de la policía política cubana hacia Luis César comenzó en febrero de 2019, mientras el gobierno ejecutaba una campaña propagandística en favor de una nueva Constitución. Apenas unos meses antes se había permitido el acceso a datos móviles en la isla y ya Luis César dedicaba buena parte de sus publicaciones en Facebook a denunciar las arbitrariedades cometidas por el régimen. Varios de sus post, recuerda, defendían la opción del NO frente a un proyecto constitucional que garantizaba el poder absoluto del Partido Comunista de Cuba. Desde entonces, no han cesado las amenazas de prisión sobre su persona.

Poco antes del 10 de octubre de 2020, Luis César fue detenido por agentes del Ministerio del Interior. Lo llevaron a una de las sedes de la Seguridad del Estado en la provincia, que entre los lugareños es conocida como “Todo El Mundo Canta”.  Así recuerda aquel momento:

Estaba en un cuarto pequeño con rejas, como si fuera una cárcel. Cuatro oficiales me rodeaban pero solo uno hablaba. Me dijo que el motivo de la detención era que mis publicaciones en Facebook estaban incitando a un estallido social el 10 de octubre. Luego siguió hablando de la Revolución, ofendiéndome y hasta dijo que merecía que me montaran en una lancha y la hundieran en medio del mar. Pasé cuatro horas en esas condiciones. Cuando salí, me sentí impotente, con una rabia tremenda hacia todos ellos. Durante los siguientes meses las amenazas se hicieron más continuas, sobre todo las del delegado de la zona en que vivo.

***

En el barrio de Yareyal, a 9 kilómetros de la ciudad de Holguín, Rolando Arias Peña recibió una llamada de su amigo Luis César en la cual le advertía sobre una próxima aparición de la policía política en casa. Por la suya, dijo, ya habían pasado preguntando por ambos.  Cerca de las 9:00 pm, alguien llamó al timbre de su apartamento.

-Buenas, somos oficiales de la Seguridad del Estado.- le dijeron dos sujetos.

-¿Qué quieren?- preguntó Rolando.

-Estamos aquí porque nos han dicho que mañana tenías pensado ir a una “fiesta” en la ciudad. No queremos que tomes esto como una amenaza, sino como una alerta, un trabajo profiláctico sobre las consecuencias que esto podría traer para ti y tu familia.

Rolando defendió entonces su derecho a moverse libremente, a lo que los oficiales respondieron con una amenaza más directa.

– Esto puede traer consecuencias para ti y tu familia, porque ellos son los que sufrirán. Sabemos por el barrio que vienes de una familia buena que no te ha dado ese cuerpo para que les des preocupaciones. No queremos que te dejen influenciar. Quítate a tiempo y deja de publicar cosas en Twitter como “A Canel le queda poco”. ¿Quedó claro? ¿Tienes algo que decir?

-Yo lo que veo es que por publicar verdades y manifestarme pacíficamente, sin vandalismo, ni tirar piedras, ni romper nada, vienen a verme para intentar que no lo vuelva a hacer porque, según ustedes, mañana podría haber otra manifestación. Yo soy libre de pensar como quiera…

-Sí, pero deja de publicar esas cosas porque puede tener consecuencias.- interrumpió uno de los oficiales.

Al igual que con Luis César, la Seguridad del Estado en Holguín comenzó a asediar a Rolando desde febrero de 2019. En ocasiones habían ido a su casa, aun cuando él no estaba, para intimidar a sus padres.

Les dijeron en ese momento a mis padres que tenían motivos para creer que yo podría hacer algo para sabotear el colegio electoral donde se votaría por la Constitución. Y que podían ponerme policías en la casa para mantenerme vigilado.– recuerda Rolando.

Este joven holguinero, por más que en ello insistan los represores que le atienden, no pertenece a ningún grupo de activismo político u opositor. Según él, solo ejerce su derecho a decir lo que piensa y a visibilizar la realidad cubana en sus redes sociales. Eso le ha costado estar sitiado por la policía política este 26 de julio.

De todas formas no se siente bien en ningún sitio. Parece que te están vigilando todo el tiempo. Es como si estuviera esperando otra protesta para reprimirla.

Entradas creadas 336

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

20 + veinte =

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Comienza escribiendo tu búsqueda y pulsa enter para buscar. Presiona ESC para cancelar.

Volver arriba