Entre guayaba y dominó, los presos políticos que Borrell ignoró

Ilustración: Julio Llopiz

En el contexto de la visita de Josep Borrell a Cuba, 15 protagonistas de actos de desobediencia civil que permanecen en las cárceles del país se plantaron en huelga de hambre para protestar por los malos tratos y las pésimas condiciones de las prisiones. También denunciaban la represión y acoso por parte del régimen contra sus familiares.

¿Quiénes son los 15 presos?

Según el grupo Cuba de Luto, la lista de presos en huelga de hambre durante la visita de Borrell incluía a José Rodríguez Herrada, Roberto Pérez Fonseca, Aníbal Yasiel Palau Jacinto, Maikel Puig Bergolla, Duniesky Ruiz Cañizares, Juan Enrique Pérez Sánchez, Manuel Velázquez Licea, Lidier Ramón Hernández Urbita, Nilo Abrante Santiago, Yasiel Martínez Carrasco, Carlos Ernesto Díaz González, Abel Lázaro Machado Conde, William Valera Suárez, Deyvis Javier Torres Acosta y Yosvany Rosell García Caso.

Contexto

La huelga de hambre de los presos políticos ocurrió en el contexto de la visita a la Isla del alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, quien a pesar de las expectativas de los familiares de los manifestantes en reclusión, poco se refirió a la crisis de derechos humanos en la Isla.

Borrell, que se dedicó a reunirse con empresarios y a comer pastel de guayaba y jugar dominó, ni siquiera entregó una lista de presos políticos al régimen, si bien las organizaciones Justicia 11J y Prisoners Defenders (PD) publican periódicamente registros de las detenciones por motivos políticos en Cuba.

De acuerdo con Justicia 11J, en la Isla hay 1.839 presos políticos relacionados con las protestas del 11J y otras manifestaciones antigubernamentales posteriores.

Durante las últimas semanas ha trascendido la postura crítica de Suecia hacia el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación (ADPC) entre la Unión Europea (UE) y el régimen cubano. Esto resulta particularmente relevante porque Suecia asumió a principios de año la presidencia del Consejo de la UE por un periodo de seis meses, para los que anunció cuatro prioridades, entre ellas la defensa de los valores democráticos y del Estado de derecho.

El diputado sueco Björn Söder reseñó en una carta al ministro de Comercio Exterior de su país, Johan Forssell, cómo los fondos que se asignan a Cuba “no cumplen con el acuerdo” que la dictadura de La Habana firmó con la UE, basado en el respeto y promoción de los principios democráticos, el respeto de todos los derechos humanos y libertades fundamentales establecidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y el respeto del Estado de derecho. 

La carta de Söder también recuerda que el acuerdo pacta un diálogo sobre los derechos humanos, con miras a mejorar la cooperación práctica entre las partes tanto a nivel multilateral como bilateral. “La agenda de cada sesión de diálogo será acordada entre las partes, reflejará sus intereses respectivos y procurará que se aborden de manera equilibrada los derechos civiles y políticos y los derechos económicos, sociales y culturales”, apuntó Söder.

Entre 2015 y 2017, antes del ADPC, hubo un diálogo “informal” entre La Habana y Bruselas. Luego, en la capital de la Isla, en 2018 las partes comenzaron a tratar sobre garantías jurídicas, racismo, derechos culturales, derechos de salud y participación ciudadana. En 2019, en Bruselas, dialogaron sobre discriminación y migración, libertades e igualdad de género. Más adelante, en 2021, de manera virtual, analizaron la libertad de asociación y expresión y la pandemia de COVID-19, entre otros temas.

Ese año, el Parlamento Europeo instó al régimen de La Habana a liberar “de inmediato” a los presos políticos, una solicitud que no se ha cumplido hasta hoy. Las alarmas siguen sonando ante los pronunciamientos de Suecia, cuyo ministro de Comercio Exterior, Johan Forssell, señaló a inicios de mayo en una respuesta oficial al diputado Björn Söder, que había “razones” para revisar la política de la UE hacia Cuba.

“Al Gobierno [de Suecia] le preocupan los continuos acontecimientos negativos en Cuba y las acciones represivas del Estado cubano. Se puede afirmar que el ADPC se ha aplicado provisionalmente durante poco más de cinco años, y la evaluación del Gobierno es que hay razones para una revisión de la política de compromiso de la UE y el Acuerdo, incluida la ayuda de la UE a Cuba”, puntualizó Forssell.

Sin embargo, desde diciembre de 2021 ―solo cinco meses después de las protestas del 11J―, durante un encuentro con integrantes de la procastrista caravana Pastores por la Paz el gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel, negó que hubiera presos políticos en la Isla. “No hay presos políticos en Cuba”, afirmó.

Borrell, que se reunió con emprendedores en Cuba y dio varios discursos, dedicó apenas un párrafo críptico a la situación de los derechos humanos en la la mayor de las Antillas. “Hay cosas que la gente debería tener aunque no las pueda pagar: los derechos. Hace falta buscar el equilibrio entre libertades fundamentales, iniciativa privada, equidad fiscal, acción del Estado y acción económica individual. La UE está aquí para ofrecerles nuestra cooperación”, escribió.

Su somera alusión a los “derechos” ―que ni siquiera apellidó― no hizo sino acentuar el descontento entre líderes y organizaciones de la sociedad civil y, en particular, entre familiares de presos políticos. Solo después de las críticas que recibió por los resultados de su visita, Borrell dijo a la prensa que un miembro de su equipo tuvo reuniones en La Habana con familiares de presos políticos. 

Reacciones a la visita de Borrell a Cuba

Para la activista Marta Beatriz Roque, aunque la UE ha celebrado muchos diálogos con Cuba sobre derechos humanos, “no se ven los resultados”. “La dictadura tiene oídos sordos”, dijo en Twitter la exprisionera política del Grupo de los 75. “Señor Borrell ―escribió― vaya con el cuento a otra parte, saben bien que aquí se violan los derechos humanos y mantienen el Acuerdo de Cooperación”.

En la misma línea, la líder del movimiento Damas de Blanco, Berta Soler, expresó en Twitter: “Nos han ignorado totalmente. Borrell vino a hacer negocios”.

También el cubano Yulier Suárez, apuntó en la misma red social: “Como bien dijo el señor Josep Borrell, la Unión Europea es el principal aliado de Cuba, de la economía de la dictadura más longeva del continente. Con otras palabras, la Unión Europea es la que está financiando las violaciones a los derechos humanos en la Isla”.

La activista y fundadora del grupo Justicia 11J Salomé García Bacallao insistió vía Twitter en que “8.000 mipymes, la mayoría con fuertes vínculos con la cúpula militar o el Partido Comunista de Cuba, valen más que las vidas de más de 1.000 presos políticos y que la represión que sufren diariamente millones de cubanos”. 

También la opositora Rosa María Payá reaccionó en Twitter a los discursos de Borrell: “Diez de los más de 1.000 presos políticos en huelga de hambre, opositores reprimidos, un pueblo forzado a la miseria por el sistema comunista y Josep Borrell lavándole la cara al régimen en un país donde la empresa privada no es un derecho a menos que seas hijo del general”.

En palabras del abogado Reimel Ariosa en Twitter, los verdaderos objetivos de Josep Borrell, la Comisión Europea y los apoyos del ADPC son “llevar dinero y oxígeno a la dictadura cubana, a las mafias familiares que rigen Cuba”. Ariosa concluyó que a estas instancias no les importaban los derechos humanos, los presos políticos de Cuba ni los cubanos.

Para el tuitero cubano Víctor Manuel Dueñas, Europa ha fracasado en su política de llevar los supuestos derechos humanos a Cuba, especialmente porque el régimen sabe que puede actuar sin consecuencias. “La UE se preocupa pero no se ocupa en castigar a los violadores de derechos humanos”, dijo en Twitter Dueñas, en tanto el opositor y exprisionero político Eduardo Cardet enfatizó en la web del Movimiento Cristiano de Liberación que “abordar la problemática cubana desde la óptica puramente económica es un engaño, que se convierte en complicidad al pactar con el régimen y aceptar su falsa narrativa”.

Otra de las aristas que tuvo el debate sobre la polémica visita de Borrell a Cuba fue el doble estándar de la UE al dialogar con el régimen de La Habana a pesar de la posición favorable de este a Moscú. Así lo señaló la periodista independiente Camila Acosta: “Siendo Cuba el principal aliado de [Vladímir] Putin en la región, y siendo Putin el principal enemigo de Europa, no se entiende que la UE, mientras sanciona a Rusia, con Cuba haga lo contrario: promover negocios. Eso es lo que ha venido a hacer Josep Borrell a La Habana”. 

El mismo criterio lo compartió la activista Carolina Barrero, quien recordó que, poco antes de la visita del jefe de la diplomacia europea a la Isla, en La Habana se recibió “con honores” al general Nikolai Patrushev, jefe del Consejo de Seguridad de Rusia, “el mismo que ordena las bombas que caen en Ucrania”. 

Josep Borrell ―dijo Barrero en Twitter― traiciona a Europa y a su compromiso a favor de la liberación de Ucrania con su servil política para con los aliados de Putin. “Me pregunto si los países Europeos están dispuestos a tolerar semejante confusión política”, cuestionó.

Más frontal aún, Alex Otaola, presentador del show Hola-Otaola, escribió en Twitter sobre Borrell: “Es usted una vergüenza, vergüenza internacional. Va a legitimar una dictadura que mata a su pueblo, mientras muestra al mundo el marketing diseñado. Y mientras usted es cobarde, los rusos están apropiándose del país. A llorar por las inversiones europeas, ¿eso sí importa? Vergüenza”.

Algunos familiares de presos políticos, que son los depositarios de las acciones del régimen tuvieron reacciones todavía más enconadas: entre otros calificativos, llamaron a Borrell “hipócrita” y “cómplice” de una dictadura “que encarcela y tortura a personas inocentes, que tiene a un pueblo sumido en dolor y miseria, que tiene más de 1.200 presos políticos sufriendo en celdas frías. Familias separadas. Niños sufriendo sin sus padres”.

Así lo expresó Betty Perdomo en nombre de su familia: “Usted se está burlando del dolor de Cuba. Se está burlando del dolor de los presos de Castro. Se está burlando del dolor de las madres, padres, esposas, niños, abuelas, primos, amigos, hasta de los que han muerto víctimas de esa sangrienta dictadura. Usted también es un dictador, porque con su silencio le da voz a quien aplasta al pueblo cubano. Con su silencio aplaude a quien condena a los presos políticos de Cuba. Los cubanos que queremos y luchamos por libertad para Cuba, no olvidaremos, tenga la certeza de que no olvidaremos”.

Palma Soriano, Cuba (1993). Periodista por cuenta propia con fugas frecuentes hacia la poesía. Autora de los libros Eduardo Heras: los pasos, el fuego, la vida (Letras Cubanas, 2018) y Mestiza (CAAW, Estados Unidos). Egresada de la Universidad de La Habana e integrante de la Red Latam de Jóvenes Periodistas. Ha publicado en Distintas Latitudes, HuffPost, Clarín, El Estornudo, Hypermedia Magazine, pero la mayoría de sus textos están en Eltoque y Tremenda Nota. Escribe, luego existe. --
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