Telecomunicaciones y ciberseguridad: un nodo central en la colaboración Cuba-Rusia

Ilustración: Alejandro Cañer.

Cuba fue la última parada de la gira por Latinoamérica del ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, quien también visitó Brasil, Venezuela y Nicaragua antes de su retorno a Moscú el 21 de abril de 2023. 

Esta parada en la Isla se suma al intercambio fluido, de ida y vuelta, que retomaron desde hace casi una década los altos mandos de las dos naciones y que ha cobrado fuerza en el sector de las telecomunicaciones, por ser un área considerada estratégica para la seguridad nacional de cada uno de estos países, aliados durante la Guerra Fría.

Para ser exactos, a partir de 2014, mientras en público Raúl Castro le estrechaba la mano a Barack Obama para sellar la normalización de normalizar relaciones entre Cuba y EE.UU., en privado, el dictador cubano le confiaba a su hijo Alejandro la reconquista de la alianza con Rusia en temas de defensa y seguridad, dos áreas que hoy se dirimen también en el ciberespacio.

Al rescate de vínculos rotos

La primera misión de Alejandro Castro Espín fue organizar una visita de Putin a Cuba, que marcaría un punto de giro en la relación bilateral entre ambos países. La Habana y Moscú mantuvieron relaciones mínimas desde el año 2001, cuando Rusia cerró unilateralmente la base de espionaje electrónico Lourdes, en las afueras de La Habana―, y empezaron a recuperar sus vínculos en 2008, fecha en que Cuba, ya con Raúl Castro en el poder, se comprometió a construir un centro espacial y fue admitida en el sistema ruso de navegación por satélite de órbita alta, llamado GLONASS.

El terreno para impulsar las telecomunicaciones como área estratégica de la seguridad nacional y buscar alianzas se estaba abonando desde principios de 2007 cuando Cuba fue anfitriona de un encuentro de informática (XII Convención y Feria Internacional Informática 2007) en el que participaron centenares de delegados de unos 50 países. En ese momento, el entonces ministro cubano del ramo, el general Ramiro Valdés Menéndez, enunció: “El potro salvaje de las nuevas tecnologías puede y debe ser dominado y las infocomunicaciones puestas en función de la paz y el desarrollo”. 

Bajo las órdenes del militar de la vieja guardia castrista, prosiguieron los intentos de cooperación con Rusia. La recuperación no fue brusca: el 6 de diciembre de 2007, se llevó a cabo una poco publicitada reunión en el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de la Federación Rusa, entre el titular L.D. Reiman con Valdés Menéndez y el otrora ministro de Gobierno de Cuba, Ricardo Cabrisas Ruiz. 

Las partes ―según un comunicado oficial ruso― expresaron interés en temas de desarrollo de diversas formas de cooperación comercial, económica, científica y técnica, en particular: “gobierno electrónico”, seguridad de la información, sistemas de seguridad, comunicaciones por televisión y radio, electrónica, automatización, nanotecnología, televisión digital y centros de datos. Asimismo, se manejó la posibilidad de formar a especialistas cubanos en instituciones académicas rusas.

Solo un mes después, en enero de 2008, se llevó a cabo otra reunión en Moscú, en la cual el entonces embajador cubano Jorge Marty Martínez entregó al jefe de la Agencia Federal de Tecnologías de la Información, V.G. Matyukhin, una invitación en nombre de Valdés Menéndez para visitar Cuba al frente de una delegación de representantes de su entidad y otras empresas rusas del campo de las tecnologías de la información. El objetivo era continuar las negociaciones y determinar áreas específicas de cooperación, así como abordar temas de suministro de productos rusos a Cuba, producción conjunta y desarrollo de proyectos bilaterales en el campo de la tecnología de la información. La Agencia Federal aceptó la invitación de la parte cubana y así continuaron las negociaciones sobre cooperación en el campo de las tecnologías de la información.

A lo largo de 2008, año en que Raúl Castro fue nombrado oficialmente presidente de Cuba y, entre otras reformas, inició el servicio de telefonía celular para cubanos, se incrementaron los intercambios con Rusia en materia de telecomunicaciones. Alrededor de una decena de encuentros bilaterales tuvieron lugar durante 2008. La primera reunión del Grupo de Trabajo sobre Tecnologías de la Información y las Comunicaciones se realizó en La Habana durante la visita del titular del Ministerio de Comunicaciones de Rusia, Igor Shchegolev, a fines de octubre de 2008. 

Luego, las partes llegaron a la conclusión de que la asociación en el campo de las telecomunicaciones y las tecnologías de la información sería mutuamente beneficiosa para Rusia y Cuba y firmaron un memorando de entendimiento y cooperación en materia de tecnologías e innovaciones de la infocomunicación.

En 2009, entablaron otras rondas de conversaciones, entre las cuales sobresale un encuentro directo de los presidentes Raúl Castro y Dmitri Medvédev en el Kremlin, con la presencia del ministro de Telecomunicaciones y Comunicaciones Masivas de Rusia, Igor Shchegolev. En esa ocasión, los representantes de ambos países firmaron un memorándum sobre los principios de la cooperación estratégica, más una serie de documentos conjuntos. Habiendo precisado sus intenciones, en la segunda reunión del Grupo de Trabajo Ruso-Cubano, celebrada en el Instituto de Investigaciones Radiofónicas el 22 de enero de 2009, el Moscow Technical University of Communications and Informatics (MTUCI) y el Centro Coordinador para la Formación y Desarrollo de Recursos Humanos del Ministerio de la Informática y las Comunicaciones de Cuba acordaron cooperar.

Para el 22 de octubre de 2010, Rusia y Cuba firmaban un opaco acuerdo intergubernamental sobre la protección mutua de secretos de información del que se hace mención en 2014, en un siguiente memorando, que entraría en vigor en 2015, después de que Alejandro Castro Espín viajara a Rusia como asesor de la Comisión de Defensa y Seguridad Nacional para firmar con el Consejo de Seguridad de Rusia otro memorando de cooperación sobre inteligencia. Este último incluía la creación de un grupo de trabajo conjunto.

De modo que 2014 fue un año clave, en el que los dos países suscribieron acuerdos en torno a la seguridad de la información que se han prolongado hasta la actualidad. Para llegar al acuerdo sobre la seguridad de la información internacional que entraría en vigor en 2015, tuvieron en cuenta “un progreso significativo en el desarrollo e implementación de las últimas tecnologías y herramientas de información y comunicación”, que derivó en la formación del “espacio de información global” y les generó “preocupación” a las autoridades de ambos países por “las amenazas asociadas con las oportunidades uso en las esferas civil y militar de tales tecnologías y medios en propósitos incompatibles con los objetivos de asegurar la paz internacional”.

Es curioso que el documento otorgue tanta relevancia a la paz internacional cuando, en estos momentos, la propia Rusia mantiene una guerra de ocupación en Ucrania, tras haber invadido en 2022 este territorio vecino. Llega a ser más preocupante la fuerza vinculante de estos acuerdos entre Rusia y Cuba, de los cuales la nación caribeña poco informa.

¿Por qué los rusos negocian con Cuba?

El realineamiento con Rusia significaba, para Cuba, recuperar el respaldo político y militar de una potencia mundial, así como cierta seguridad económica, según indica un reportaje de YucaByte. Primero, porque Rusia condonó el 90 por ciento de la deuda contraída por Cuba con la URSS, cerca de 26.000 millones de euros. Y, segundo, porque los restantes 3.000 millones fueron invertidos en la Zona de Desarrollo del Mariel, el principal proyecto económico de Raúl Castro.

No obstante, hasta los rusos reconocen las desventajas de negociar con Cuba, particularmente por la alta sobrerregulación y la baja solvencia de los socios cubanos, quienes están obligados a buscar oportunidades crediticias de importación o pago diferido a largo plazo para productos comprados en el exterior. A menudo, se lee en el documento Informe de desarrollo analítico información y comunicación en Cuba, “la condición de crédito es decisiva a la hora de elegir un proveedor, a veces incluso en detrimento de la calidad de los productos o servicios”.

Aun así, los gobiernos de Cuba y Rusia mantienen los negocios y profundizan acuerdos, lo que lleva a preguntarse qué es tan importante para Rusia de lo que ofrece Cuba.

Antes de su viaje a La Habana en 2014, Vladímir Putin dijo en una entrevista con las agencias Itar-Tass y Prensa Latina, citada por BBC Mundo, que la decisión de condonar la deuda es una prueba de la “naturaleza estratégica” de la relación bilateral, que está fundamentada en “una larga tradición de amistad fuerte, así como una experiencia rica y en muchos casos única de cooperación fructífera”.

Según el informe ruso sobre desarrollo analítico, información y comunicación en Cuba, resulta atractivo que la Isla desarrolle sistemáticamente sus telecomunicaciones e infraestructura, las tecnologías de pagos y comercio electrónico “inteligentes”, la agricultura y el gobierno electrónico. Asimismo, Moscú considera que estas áreas son también las principales consumidoras de soluciones extranjeras.

Desde la perspectiva rusa, el restablecimiento de las relaciones entre Washington y La Habana obligó al Gobierno cubano a mejorar el acceso a servicios de telecomunicaciones. “Desde 2015, se han colocado puntos de acceso wifi en muchos lugares, sin embargo, la tasa de transferencia de datos a través de ellos es baja”.

En el informe Moscú también considera que “el atraso de Cuba en infraestructura TIC, con insuficiente demanda de personal capacitado puede servir como base para su uso por parte de Rusia como trampolín para desarrollos conjuntos en el campo de la creación de una red global descentralizada conocida en los círculos de desarrolladores como DWeb”.

Más allá de cualquier romanticismo revolucionario entre ambos regímenes, la relación Cuba-Rusia está atravesada, de manera pragmática, por el ajedrez geopolítico: una ecuación en la cual a la parte rusa siempre le ha convenido la cercanía geográfica de Cuba a EE.UU.

Muestra de ello es que en 2008, un comunicado público del gobierno ruso decía que Rusia ayudaría a los enemigos de Estados Unidos: “a Cuba con espacio y a Venezuela con armas (…)”. 

“El viceprimer ministro Igor Sechin visitó Cuba por segunda vez desde el verano y también visitó Venezuela. Lo acompañó un impresionante grupo de empresarios y funcionarios. La cooperación con países hostiles a los Estados Unidos está cobrando impulso”, reza el comunicado.

A las puertas de la reanudación de vínculos bilaterales entre La Habana y Washington, Putin habló de “recuperar el terreno perdido” en Cuba y de llevar la cooperación “totalmente a un nuevo nivel”.

La información como “arma”

En este marco de cooperación que cobró fuerza en 2014 con las gestiones de Alejandro Castro Espín, tanto la Federación Rusa como Cuba atribuyen crucial importancia a la información, de cara a la seguridad y los intereses de ambos Estados y sus proyectos políticos.

Bajo su acuerdo sobre la seguridad de la información internacional, ambos países consideran ilegal el uso de la información como “arma” para fines político-militares. Entienden que es contrario al derecho internacional el uso de la información para aplicar medidas hostiles, interferir en los asuntos internos de los Estados soberanos, violar el orden público, incitar a la hostilidad interracial e interreligiosa y a la violencia, la desestabilización de la situación política interna y el derrocamiento del orden constitucional. También considera punible el “acceso ilegal a los recursos de información, con la creación, uso y distribución de programas informáticos maliciosos”.

Asimismo, la colaboración se propone “evitar la difusión de información que perjudique los sistemas sociopolíticos y socioeconómicos, espirituales, ambiente moral y cultural de otros Estados y causar daños a terceros países utilizando espacio de información y recursos de información de los Estados”.

Los compromisos de ambas naciones, que suscribieron el acuerdo por período indefinido, incluyen llevar a cabo cooperación en el ámbito del suministro de información internacional de seguridad en las siguientes áreas principales: internacionalización de la gestión de la red de información y telecomunicaciones; intercambio de equipos, tecnologías y sistemas especializados para mejorar la capacidad de los Estados partes para prevenir amenazas a la seguridad de la información y contrarrestar estas amenazas; aumentar el intercambio de experiencias, formar especialistas, realizar reuniones de trabajo, conferencias, seminarios y otros foros de representantes y expertos de los países partes en el campo de la información seguridad.

En esta línea, los intercambios han sido sostenidos. Casi una década después de su inicio, la reconexión ha abarcado encuentros con directivos del Consejo de Seguridad de Rusia, el Servicio de Inteligencia Exterior y el Servicio Federal de Seguridad, además de eventos relacionados con seguridad informática y tecnologías de la información, varios de los cuales se desarrollaron en 2015, antes, durante y después de la sexta reunión del grupo de trabajo ruso-cubano sobre cooperación en el campo de las tecnologías de la información y las comunicaciones. 

Es llamativo de estos encuentros que ambos países discutieran en Moscú la posibilidad de la presencia de operadores de telecomunicaciones rusos en el mercado de telecomunicaciones de Cuba (únicamente en manos de ETECSA, reconocido por los rusos como monopolio estatal que para esa fecha habilitaba puntos de conexión wifi) y las perspectivas de cooperación bilateral en el campo de las comunicaciones por satélite.

Desde entonces se avizoraba, por otra parte, que Cuba pudiera ser un punto de enlace con otros países de Latinoamérica. “La industria rusa de Tecnología de la Información (TI) está interesada en desarrollarse en los mercados latinoamericanos y esperamos participar en el centro de tecnologías de la información que se está creando en Cuba”, dijo el subdirector del Ministerio de Comunicaciones de Rusia. “También estamos interesados ​​en este proyecto. En primer lugar, porque contamos con un importante capital humano que puede involucrarse en trabajar con las empresas rusas de TI y, en segundo lugar, porque juega un papel importante en el fortalecimiento de la seguridad de la información del país”, declaró por su parte el entonces viceministro de las Comunicaciones en Cuba, Wilfredo González Vidal.

No obstante, no queda claro a qué centro hace referencia el funcionario ruso, si bien por esas fechas se habían creado instalaciones especializadas en la enseñanza de las ciencias de la computación, como son la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI), los politécnicos de esa disciplina y el Complejo de Investigaciones Tecnológicas Integradas (CITI)

Así lo enunciaba Miguel Díaz-Canel en la clausura del Primer Taller Nacional de Infor­matización y Ciberseguridad, en La Habana, el 20 de febrero de 2015. “Muchos han sido los esfuerzos en estos años, que van desde la enseñanza de la compu­tación en las carreras universitarias y en el sistema general de educación, hasta el desarrollo del programa de los Joven Club de Computación, los cuales socializaron y pusieron al alcance de todos estas tecnologías”.

No obstante, así como antes Valdés Menéndez se había referido a internet como “un potro salvaje”, el futuro gobernante proyectó que la estrategia para el acceso a la red de redes en Cuba debía “convertirse en un arma fundamental de los revolucionarios para lograr la participación social en la construcción del proyecto de sociedad (…) desde un diseño integral de país. En tal sentido, la estrategia de uso de esta herramienta para el desarrollo humano sostenible, de acuerdo con el modelo de sociedad cubano, tiene que ser liderada por el Partido y debe involucrar a todas las instituciones y a la sociedad para lograr el más pleno uso de sus potencialidades en función del desarrollo nacional”.

En 2017, continuó la cooperación con Rusia en materia de ciberseguridad y, como en otras oportunidades, Castro Espín y el exagente de la KGB Nikolái Pátrushev, quienes se reunieron en mayo, fueron los rostros visibles de más alto nivel en esos intercambios. En enero de ese año Donald Trump había asumido la presidencia de EE.UU., con lo cual se abrió una etapa de recrudecimiento de las sanciones contra el régimen cubano. Para septiembre, en el Foro de Empresarios y Líderes de Tecnologías de la Información FELTi 2017, el estatal Grupo Empresarial de la Informática y las Comunicaciones (GEIC) y la compañía rusa RITE, parte integrante de la Corporación Estatal Rostec, firmaron un memorando de entendimiento para la cooperación en la esfera de la informática y en específico para la formación de ciudades inteligentes. 

Entre los encuentros más ensalzados está una reunión de trabajo en La Habana, del 19 al 23 de marzo de 2018, en el marco de la XVII Feria-Exposición Internacional “Informática-2018”. En la exposición fueron presentados resultados de las empresas rusas de TI New Cloud Technologies, STC Proteus y RITE; sin embargo, no hay información en fuentes abiertas sobre el progreso de esta colaboración tecnológica.  

En marzo de 2019, una delegación rusa visitó Cuba para la sexta reunión del Grupo de Trabajo de Cuba sobre Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. En ese contexto, las autoridades de ambos países firmaron un memorando de entendimiento para fortalecer la cooperación en el campo de telecomunicaciones. A la ceremonia asistieron los altos funcionarios Mikhail Mamonov, viceministro ruso de Desarrollo Digital y Comunicación; el entonces ministro cubano de Comunicaciones Jorge Luis Perdomo, y el embajador de Rusia en Cuba, Andrey Guskov, así como representantes de negocios: Rostec State Corporation, RusITExport LLC (RITE), Security Code LLC y otros. De esa reunión, según publicó la parte rusa, derivaron acuerdos de cooperación en los siguientes proyectos:

► Prueba de herramientas de seguridad de la información de Kod seguridad para proteger los datos de las organizaciones gubernamentales y ciudadanos cubanos;

► Ampliación de la cooperación en el campo de la educación. En particular, la Universidad de Informática y Comunicaciones de Moscú (MTUCI) y la Universidad Estatal de Telecomunicaciones de San Petersburgo (SPbSUT por sus siglas en inglés), entidad financiada por el estado federal ruso, están listos para aceptar cubanos para entrenamiento avanzado;

► Entregas por parte de IRKOS JSC (empresa cuyo objetivo principal es la detección de emisiones radioeléctricas no autorizadas y la localización de sus fuentes) a Cuba de sistemas de monitoreo de radio, STC Proteus (soluciones para operadores de telecomunicaciones), Center for Speech Technologies LLC (sistemas de reconocimiento facial y de voz);

► Inversiones de la empresa Inoventika en la creación de un Centro de Desarrollo Conjunto (Centro de Competencia Regional) para la localización del complejo de defensa ruso en Cuba de ciberataques InvGuard;

► Finalización del paquete de software de herramientas de gestión de virtualización Íntegro de la empresa cubana Softel y la promoción conjunta de un sistema mejorado en mercados de terceros países con la participación de Inoventika;

► Implementación del instituto de investigación «Voskhod» junto con el GEIC de un sistema móvil protegido de radioenlaces.

Igualmente, en esa visita se mostraron dispuestos a ofrecer sus soluciones a Cuba:

► GK “Geoscan (uso de tecnologías no tripuladas en áreas como Smart City y tareas catastrales, industria eléctrica y sector del petróleo y gas, minería, exploración, educación);

RTI JSC (sistemas de información para centros situacionales en el ámbito de fronteras, migración, ciberseguridad, plataforma Ciudad Segura);

IB Group LLC (soluciones en el campo de la seguridad de la información).

Desde el lado cubano, se informó que el memorando se había rubricado en la sede del Ministerio de Comunicaciones por parte del titular cubano de esa cartera, Jorge Luis Perdomo, y el viceministro de Desarrollo Digital, Comunicación y Comunicación Masiva de la Federación de Rusia, Mikhail Mamonov.

Wilfredo González, viceministro primero de Comunicaciones de Cuba, explicó que el memorando tenía un perfil amplio, abarcaba en particular la esfera de las telecomunicaciones e industria de las tecnologías de la información e incorporaba, además, elementos sobre ciberseguridad. No dio más detalles. 

Sin embargo, un documento emitido por el Departamento de Justicia en 2022 recomendó a la Comisión Federal de Comunicaciones de EE.UU. (FCC, por sus siglas en inglés) no ampliar la conexión con Cuba mediante cable de fibra óptica debido al riesgo de ciberespionaje. El Departamento de Justicia se refiere a Rostec como un conglomerado de defensa que estaría probando la tecnología de la información y las comunicaciones de fabricación rusa y proveyendo al Gobierno cubano equipo ruso para almacenar y manejar datos. 

“De manera más general, Rusia (como China) está usando capacidades autoritarias digitales para ayudar a sus aliados y están permitiendo que sus empresas vendan equipos y conocimientos en el mercado abierto” (…). Rusia, como China, está “mejorando [su] capacidad para analizar y manipular grandes cantidades de información personal”, reconoce el informe. Finalmente, concluye que “la adquisición por parte de Rusia de datos confidenciales de personas estadounidenses plantea un riesgo para la seguridad nacional”.

Rostec ya había sido sancionada, ese mismo año, por el Departamento de Estado de EE.UU. como parte de sus acciones para imponer costos severos al sistema de defensa de la Federación Rusa en respuesta a la invasión de Ucrania.

Continuidad: visitas de ida y vuelta 

De todo un movimiento, de intercambios en ambas direcciones habló Díaz-Canel, a propósito de un reciente viaje de una delegación oficial rusa a Cuba, como parte de una gira por Latinoamérica. El gobernante cubano valoró este encuentro como parte de un seguimiento particular por parte de su homólogo, Vladímir Putin, y también por parte de la dirección del país caribeño a todo lo acordado en noviembre pasado durante la visita presidencial a Moscú.

“Esta visita ―dijo― da continuidad a los encuentros muy satisfactorios que tuvimos con el presidente Putin durante nuestra visita reciente a la Federación de Rusia y al desarrollo de la última sesión de la Comisión Intergubernamental Cubano-Rusa, presidida por los dos viceprimeros ministros de ambos gobiernos”.

En realidad, en su informe sobre desarrollo analítico información y comunicación en Cuba, los rusos remarcan que el contacto personal es una parte esencial de las relaciones comerciales cubanas. 

“Las decisiones se toman sobre la base del precio, la calidad y las condiciones de financiación, así como basado en la confianza personal que surge del contacto personal”, se lee en el documento que además sintetiza una conclusión a la que han llegado lo rusos tras la experiencia negociadora: “El desarrollo de negocios, sin al menos una visita, es imposible. Dado que desarrollar un negocio en Cuba suele llevar más de un año, para mantener relaciones comerciales ya establecidas, al menos (se requiere) una visita por año”.

Eso explica las constantes visitas, de ida y vuelta, aun en un contexto de tensión internacional desatado por la invasión a Ucrania, que se ha extendido por más de un año y le ha costado a Moscú el repudio de Occidente. Al Kremlin solo le ha quedado como refugio la América Latina bajo influencia del régimen cubano. 

Para el exprisionero político y analista Luis Zúñiga, “el presidente Putin ha dejado claro mediante sus discursos y acciones que su propósito es reconstruir imperialmente a la antigua URSS. Se ha lanzado a la conquista: empezó por pequeñas intenciones como Georgia, pedazos de Ucrania primero y pequeños territorios cercanos al Mar Negro y, eventualmente, pues ya se lanzó a la conquista de Ucrania”. 

Sin embargo, Zúñiga destacó durante una conferencia en la Universidad Internacional de Florida, el pasado 27 de abril, que el “propósito imperial territorial” de Putin no opera “bajo una concepción política socialista como fue la URSS sino más bien sobre una concepción zarista”.

El exprisionero político cubano también considera que “Putin tiene un grave problema con EE.UU. y la OTAN” y, por eso, expresa una su proyección imperial hacia América Latina “de mano de antiguos aliados ideológicos que han mantenido una dependencia por la concepción antinorteamericana que comparten”.

El rol de Cuba

Justo como en 2014, cuando se impulsaban las relaciones bilaterales entre Cuba y EE.UU. en un contexto también de tensiones por la crisis ucraniana de principios de ese año ―que llevó a EE.UU. y la Unión Europea a tratar de aislar política y económicamente a Moscú―, la potencia euroasiática necesita de Cuba y, de ahí, de buena parte de América Latina. 

No hay que olvidar que el canciller ruso Serguéi Lavrov en su viaje a la Isla en 2014 agradeció el “firme apoyo” del Gobierno cubano, que rechazó las sanciones impuestas por Occidente a Moscú. Lo mismo que en este 2023 apreció la “plena comprensión” de La Habana a la invasión de Ucrania. Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania, La Habana ha favorecido la narrativa de Moscú sobre el conflicto, difundida por medios oficiales como Sputnik y Rusia Today.

De hecho, el Servicio Europeo de Acción Exterior creó en 2015 un grupo de trabajo para atender las campañas de desinformación de Rusia: el East StratCom Task Force. Su principal proyecto es la web EUvs.Disinfo, en la cual se exponen los resultados del trabajo de monitorización que el grupo realiza en webs en 15 idiomas. El objetivo es detectar episodios de desinformación prorrusa que se difunden en la Unión Europea y los países de la Asociación Oriental, que agrupa a exrepúblicas soviéticas con los que la UE trata de estrechar relaciones: Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Georgia, Moldavia y Ucrania.

Más acá, en América Latina, prospera la propaganda del Kremlin. Según un análisis del Reuters Institute, las redes de Russia Today (RT) y Sputnik en español ―idioma con casi 500 millones de hablantes y alcance global― cobraron aún más importancia después de la invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022. “La prohibición occidental de medios financiados por Rusia como RT y Sputnik no frenó el impacto del Kremlin en España y América Latina a través de canales de redes sociales, canales de Telegram e influencers locales que favorecen el lado ruso”, explica el reporte.

Asimismo, añade que a diferencia de otros medios de noticias estatales, RT en Español es una herramienta de propaganda al servicio de la agenda de política exterior del Kremlin y ha ayudado a Vladímir Putin a transmitir su mensaje en un momento en el que está más aislado que nunca. 

En medio de sanciones internacionales por el caldeado ambiente de la invasión a Ucrania, Díaz-Canel recibió el 18 de mayo de 2022 en el Palacio de la Revolución a directivos y periodistas de la cadena RT en Español, que tiene más éxito que cualquiera de los otros servicios de RT (incluidos los servicios en inglés, árabe, alemán y francés). En su cuenta en Twitter, el gobernante cubano informó que el equipo de RT había intercambiado con el equipo de comunicación de la Presidencia sobre experiencias y su trabajo en redes sociales. 

Un año después, La Habana no solo ha enviado a Díaz-Canel a Moscú a estrechar manos con Putin, también recibió a Lavrov por octava ocasión desde que este asumió funciones como canciller. Al reunirse con su homólogo, Bruno Rodríguez, no perdió oportunidad para agradecer al Gobierno cubano su “plena comprensión” del “conflicto” en Ucrania, sugiriendo que reactivar la estrecha cooperación y vinculación política con Moscú le costaba a Cuba apoyar incondicionalmente a un régimen “hermano” y su guerra.

Palma Soriano, Cuba (1993). Periodista por cuenta propia con fugas frecuentes hacia la poesía. Autora de los libros Eduardo Heras: los pasos, el fuego, la vida (Letras Cubanas, 2018) y Mestiza (CAAW, Estados Unidos). Egresada de la Universidad de La Habana e integrante de la Red Latam de Jóvenes Periodistas. Ha publicado en Distintas Latitudes, HuffPost, Clarín, El Estornudo, Hypermedia Magazine, pero la mayoría de sus textos están en Eltoque y Tremenda Nota. Escribe, luego existe. --
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