La contrarrevolución plebeya 

En las asambleas de la Biblioteca Nacional, en 1961, Castro llama al orden y exige que la discusión no se convierta en una “cámara húngara”, una algarabía vulgar. El sucesor de Castro y usurpador de la presidencia de la República echa mano, a tono con los nuevos tiempos, de un neologismo yanqui: “Ese grupo de personas aprovecha a los que están alentados por los odiadores”. 

Radioaficionados en Cuba: apasionados comunicadores a la antigua

Jesús Saura Hernández mueve el dial de su radio KENWOOD TS-43OS. Se traslada entre las bandas de 15 a 40 metros. Escucha las conversaciones de los colegas e intenta entrar, pero el ruido le “apaga” su voz. “Hoy las condiciones climáticas no nos están ayudando”, dice y continúa atareado, rastreando una señal amiga por todo el éter, mientras el cielo dibuja unos nubarrones grisáceos. “Esos –indica Jesús apuntando hacia ellos– son los que impiden la comunicación”. La tarde casi dice adiós

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